El pasado sábado por la tarde, horas antes de que el Real Madrid conquistara su decimotercera Champions, el Real Murcia decía adiós a la temporada cayendo en Elche ante el equipo local por 3-2 y siendo eliminado en la primera ronda de los play-offs de ascenso a Segunda división. Es la cuarta vez consecutiva que el conjunto pimentonero fracasa en su intento de regresar a la categoría de la manera más injusta posible le fue arrebatada en agosto de 2014. Además, en esos cuatro intentos sólo pudo pasar la primera ronda en un año (en 2017) y no logró ser campeón en ningún momento. Para colmo, la situación actual coincide con un cierto caos institucional.
El que fuera propietario y presidente del club, Raúl Moro, cedió en abril el poder al empresario oriolano Víctor Gálvez. Sin embargo, el otrora empresario Mauricio García de la Vega ha denunciado ante el TAS debido a que entiende que Moro incurrió en un incumplimiento de contrato, dado que había ejecutado una cláusula para hacerse con el control del accionariado. Sin embargo, el mexicano no ha puesto nada de dinero y todo han sido palabras, mientras que los Gálvez han pagado varias nóminas a empleados, plantilla y bases. También es cierto que queda mucho pendiente y que todavía no hay un acuerdo formal con Hacienda, pero más pasos que el mexicano sí que han dado.
La cuestión es que a fecha de hoy no se sabe a ciencia cierta de quién es el club, así que es complicado que se puedan hacer contrataciones de jugadores o que se garantice la continuidad del entrenador Salmerón. Incluso han sonado nombres como Daniel Aquino (hijo) como próximos fichajes. Pero lo primero es lo primero, y en estos momentos el estado de la impugnación es que Moro y sus abogados deben de responder y alegar lo que estimen conveniente para desmontar las pretensiones de Mauricio.
El equipo, con Salmerón, hizo una segunda vuelta muy buena. Estando lejos del play-off fue capaz de colarse en las últimas jornadas. No obstante, en casa ha sido bastante flojo y de hecho perdió contra varios de los equipos del descenso incluso en los dos últimos partidos en Nueva Condomina. Evidentemente, esa última impresión no podía ser buena. Y el Elche, con todo merecimiento, nos ganó los dos partidos de la eliminatoria. Así que la eliminación es absolutamente inapelable.
Es muy duro, muy duro. Y que no me hablen del Cartagena. Para ellos ha sido un palo lo de Majadahonda con un gol en propia meta en el minuto 97. Pero tienen otra oportunidad. Nosotros sabemos de buena Ley lo que es llorar, como en Montilivi en 2010. Además, nuestra situación es mucho peor, ellos están saneados económicamente y tienen muy buenos gestores. Nosotros, en cambio, vivimos en el día de la marmota con todas las temporadas igual. Todo un año luchando para al final... nada. Nada de nada.
El resto de equipos murcianos, desgraciadamente, han fracasado casi todos. El Lorca FC desciende a Segunda B tras haber durado sólo una temporada en Segunda división. El rival UCAM queda por la mitad de la tabla. El Lorca Deportiva desciende a Tercera división. El Mar Menor, el Churra y el vecino almeriense Pulpileño han caído en primera ronda. Y sólo queda el Yeclano, que perdió contra el Malagueño por el valor doble de los goles fuera de casa y deberá pasar ahora dos rondas. En cambio, el Jumilla logró la permanencia en el último partido. Muy meritorio y además jugará por cuarto año consecutivo en Segunda B.
Por último, el Pinatar tuvo una oportunidad de oro este año para jugar el play-off a Segunda B, pero no ha hecho más que perder con casi todos los equipos de arriba y así es imposible. Muy decepcionado, pese al sexto puesto dentro de un grupo que cada vez tiene peor nivel. El año que viene creo que no tendremos nada que hacer, dado que veo difícil que coincida otro año malo del Águilas y otro pésimo del Imperial y además volverá a estar el Mar Menor y viene el Lorca descendido. En definitiva, una gran oportunidad tirada a la basura.
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