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domingo, 23 de agosto de 2015

Vídeos de tortugas

Avanzando en mis vacaciones y en esta etapa veraniega en la que poquito a poco empieza a remitir el calor, posteo algunos vídeos (algunos divertidos y otros no tanto) de tortugas que he podido ver en la red. Porque no sólo de gatos y perros se vive en Internet. No incluyo ninguno sobre peleas de estos reptiles. Existen, pero no me parece ético que una persona esté grabando cómo se agreden y muerden y no haga nada por evitarlo ni separarlas. 

Existen muchas copias de este, pero subiré el original que tiene cuatro años. Enfrentamiento entre una tortuga y un gato por sentido de territorialidad.



El siguiente vídeo es un montaje divertidísimo que juega con canciones exitosas de pop y dance y orgasmos de tortugas (sí, ha leído orgasmos) que actúan de coros. La que aparece al principio está haciendo lo que parece. Copular con una zapatilla deportiva:



A continuación, un vídeo que nos enseña que las tortugas pueden tener sentimiento de amistad. Una ayuda a otro a ponerse bien tras voltearse.

 

El siguiente nos ofrece a una tortuga peligrosa. Es de la especie Alligator (lagarto) y tanto su tamaño como aspecto asusta bastante. Comprobemos qué pasa cuando se le da de comer una sandía.



Y para terminar, el vídeo estrella que se ha hecho viral en la última semana. Extraen una pajita de plástico de la nariz de una tortuga marina. Lo peor no es eso, sino las estremecedoras expresiones de dolor de la tortuga. Sólo espero que la llevaran inmediatamente a un veterinario. Pero también que la gente se conciencie de una maldita vez de que deje de contaminar el mar. No sólo por tenerlo limpio, sino para evitar que sucedan cosas como estas. Qué culpa tendría la pobre tortuga de lo cerdo e insensible que puede ser la persona "humana".

domingo, 14 de junio de 2015

Salvar la vida de una tortuga

No es muy habitual que esté dos semanas sin publicar algo, pero ya se sabe que cuando uno está más ocupado de la cuenta, lo primero es lo primero. Ya estoy de vuelta en el blog como habitualmente cada domingo para hablar de una feliz noticia y es la cura de una tortuga galápago. La historia es la siguiente: una amiga de mi mujer nos avisó de que una tortuga galápago abandonada de dimensiones considerables (más grande que una mano normal) había sido abandonada y tuvo la mala suerte de colarse en el patio de un vecino suyo... encontrándose con un perro pastor alemán. Es fácil imaginarse lo que sucedió. El perro respondió simplemente a su naturaleza y el caso es que agredió brutalmente a la tortuga, causándole destrozos y agujeros en el caparazón y haciéndole perder mucha sangre. El reptil sobrevivió debido a su tamaño, pero con el paso de los días su estado fue a peor. Sin comer absolutamente nada y criándosele gusanos blancos dentro de esos agujeros.

Movido por mi amor hacia estos animales, que forman parte de mi vida desde que nací, decidí hacerme cargo de la tortuga y buscarle un veterinario. Tras contactar con varios elegí la mejor opción debido a que vivo y trabajo en lugares diferentes. La Clínica Veterinaria Ramón y Cajal de Cartagena. Hay que agradecerles la genial atención con el animal, limpiándole con suero los agujeros, inyectándole antibióticos y finalmente con una operación quirúrgica en la que el animal tenía un riesgo. Pero afortunadamente todo salió bien y se le pudo levantar un trozo de caparazón que tenía hundido, al tiempo que cerrar esos agujeros. La tortuga tardó bastantes días en comer, pero ahora se alimenta de varias cosas (especialmente carne) y va hacia delante. Con el tiempo, el caparazón se le regenerará y se hará más duro. También pienso que sería recomendable añadirle una pequeña pastilla de calcio a su piscina.

La verdad es que Gala lo ha pasado muy mal. Ha estado muy triste y recuerdo cómo me miraba y con qué carita los primeros días. Por el momento se quedará en nuestra casa... y ya tenemos dos galápagos. Quizá son multitud y no descarto entregarla a alguien cuando esté recuperada del todo y por supuesto teniendo la seguridad de que esa persona la trataría bien. Que no cometería el acto imperdonable de abandonarla. Posiblemente aquél dueño la metió en el patio para ver si el vecino se la quedaba. Pero no se puede cometer esa irreponsabilidad. Como lo que le sucedió a un ex jefe mío al que le lanzaron a su jardín una tortuga desde el otro lado del muro, chocando con el suelo y rompiéndole el caparazón. Hace falta ser HDP. La casualidad afortunada fue que él cuida a varias tortugas y se hizo cargo de ella, llevándola también al veterinario.

Poco más tengo que añadir, sino mi felicidad por haber salvado la vida de este animal gracias al veterinario (reiterando mi gratitud) y remarcar mi absoluta condena al abandono de animales.

domingo, 15 de junio de 2014

Tortugas con dos cabezas

La bicefalia es una propiedad que quizás responde más a los mitos y leyendas y sobre todo en relación con el ser humano, pero en referencia al los animales es un fenómeno que ocurre más veces de lo que imaginamos. Especialmente en el caso de dos reptiles: la serpiente y la tortuga. Hoy hablaré sobre los casos de las tortugas, puesto que se ha dado la circunstancia en más de una ocasión de que uno de de estos animalitos nazca con dos cabezas. En su hábitat natural es prácticamente imposible sobrevivir, pero no así en cautividad si se les cuida bien. Así, en octubre 2008 sale la noticia de un galápago bicéfalo que es expuesto en Halle (Alemania), en una muestra llamada Mundo de los reptiles Anaconda. De nombre le pusieron Tom y Jerry.

En enero de 2011 nació una tortuga de tierra, de raza espuelada africana, con dos cabezas y cinco patas. Concretamente en un zoológico de Bratislava en Eslovaquia. Su nombre es Magda y Lenka (de magdalena). El animal presentaba un único sistema nervioso conectado a dos cerebros independientes. Tanto furor causó por allí que la nombraron mascota del Mundial de Hockey sobre hielo que se celebró aquél año por allí. En el que por cierto, no compitió España. Como se puede apreciar en la foto, que aparece en el presente post y corresponde a esta tortuga, la patita extra es muy pequeña y se halla entre las dos cabezas. Se desconoce si en la actualidad sigue viva.

En octubre del mismo año se actualiza en la prensa la existencia de una tortuga de tierra bicéfala en el museo de historia natural de Ginebra en Suiza. Ya se dió a conocer su existencia en 2007. Nació en 1997 y su nombre es Janus, en honor a un dios romano bicéfalo. Ese es el motivo por el que no se le puso un nombre distinto a cada cabeza, como ha venido siendo habitual. Se desconoce si actualmente sigue con vida.

En marzo de 2012 se da a conocer la existencia en Ucrania de una tortuga de tierra bicéfala y con seis patas, aunque casi se asemeja a un caso de tortugas siamesas por su tamaño y la existencia de dos corazones, aunque sólo tenía un intestino. Por si fuera poco, sus cabezas se hallaban ubicadas en sentido opuesto. De hecho, algunas veces tendía a intentar caminar en direcciones opuestas. Otras diferencias son la comida, pues a una le gustaban las verduras y a la otra más la zanahoria y el pimiento. Se hallaba en el Museo de Historia Natural en Kiev. Se sabe que nació en 2007, pero no si en la actualidad sigue viva como tampoco su nombre.


En junio de 2013 nace en el zoológico San Antonio (Texas) una tortuga de agua con dos cabezas, pero sin patas adicionales. Fue llamada Thelma y Louise y se exhibía en el acuario Friedrich del zoo. En principio nació sana y sin problemas de salud, pudiendo nadar y caminar sin problemas. E incluso alimentarse empleando las dos cabezas. También se localizó otra en los EEUU en San Agustín (Florida), concretamente en el museo Ripley's Believe it or not y en septiembre. En este caso la tortuga tenía movimientos bastante indecisos consecuencia de esos dos cerebros. Se convocó un concurso para buscarle nombre, pero desgraciadamente no hemos podido averiguar cuál se adoptó.

Luego tenemos a Thor y Loki. Nació (o nacieron) en Los Ángeles. Curiosamente su cuidador (Todd Ray, que a su vez es presentador de televisión) les puso este nombre a las cabecitas de una misma tortuga porque, al parecer, no se llevan bien y se pelean entre ellas. En noviembre de 2013 se dieron a conocer e incluso una de ellas le llegó a morder a su cuidador, que las molestaba con un palito. Y es que a quién se le ocurre... No me gusta nada que se rían de las tortugas y menos de las que tienen estos "defectos". Pues bien, el caso es que para este señor no era la primera vez que cuidada a una tortuga bicéfala.

Y para terminar, otra más en los Estados Unidos y concretamente del zoo de Acadiana en Louisiana. Sus nombres son Michael y Angelo y se dieron a conocer en febrero de 2014 y la edad es de 5 años aproximadamente, proveniente del zoo de Tennessee. Al igual que las anteriores, han llegado a pelearse ambas cabezas y de nuevo a querer caminar por direcciones diferentes. También tienen gustos diferentes, pues a la primera le gusta el salmón y a la segunda los gusanos.

domingo, 2 de junio de 2013

Fases de la reproducción de las tortugas

A lo largo de prácticamente toda mi vida he tenido y tengo tortugas tanto de tierra como de agua. Algunas de ellas ya murieron, otras llegaron nuevas e incluso una ya era habitante de casa cuando yo llegué. Pero desgraciadamente nunca han llegado a dejar descendencia, pues no sabíamos qué hacer para que se culminara la reproducción una vez puestos los huevos. En mi post de este año sobre tortugas, me interesaba buscar cosas sobre este tema que resumiera las fases, consejos y procedimientos. La madurez sexual de las tortugas de tierra se alcanza bordeando los 10 años de edad, mientras que las de las de agua está entre los 5 y 6 años. Pero, lo primero de todo, es importante que sepamos distinguir entre el macho y la hembra. Así, como ya indiqué hace un tiempo, los machos son (salvo alguna excepción) casi siempre más pequeños que las hembras. Además, suelen tener las uñas de las patas delanteras más largas, la cola más gruesa y larga, la cloaca más alejada de su base y el plastrón (zona posterior del caparazón.) de forma cóncava. Precisamente todas estas distinciones le ayudan tanto en la fase del cortejo como la cópula.

El cortejo y la cópula- El cortejo puede durar de quince minutos a media hora y viene condicionado por factores ambientales de temperatura y por lo general tiene lugar cada año en dos fases: en primavera, poco después de finalizar la hibernación, y a finales de verano, acercándose al otoño. La diferencia es que en la segunda época las hembras no realizan las puestas de huevos, sino que guardan el esperma del macho para el año siguiente. Durante el cortejo, el macho persigue a la hembra y le propina golpes en su parte trasera utilizando la parte anterior de su caparazón, escondiendo su cabecita para evitar dañarse. Los golpes pueden escucharse a varios metros de distancia, aparte de que los machos se dediquen casi todo el día. Y es que desde luego los hombres no nos diferenciamos tanto de las tortugas. Por otra parte pueden llegar a morder las patas de la hembra y precisamente les puede provocar heridas. Por ese motivo, aparte de la tremenda hambre sexual de los machos no es recomendable dejar a una hembra con demasiados. Finalmente, trepa sobre el caparazón de ella apoyando en él sus patas delanteras y en suelo las traseras, comenzando la cópula. Durante la misma, podemos ver al macho abriendo la boca y, según la raza, llegar a escuchar sus gemidos.

Puesta de los huevos.- Si por ejemplo las tortugas viven en un patio, la falta de un suelo blando para excavar y crear un nido ocasiona la retención de los huevos y puede ser peligroso para su salud. En muchas ocasiones he llegado a ver a mi Poli, tortuga de tierra hembra, muy nerviosa, moviéndose por todo el patio para terminar en una esquina destrozando con sus patas varias cajas de cartón. Y es que en realidad estaría intentando crear un nido, ya que este comportamiento es típico de las tortugas antes de poner huevos. Las puestas tienen lugar aproximadamente en los meses de mayo y junio, habitualmente un mes y medio después de la cópula y por la mañana. Los agujeros que realizan en la tierra pueden alcanzar lo diez decímetros e incluso ablandarse con su propia orina. Expulsan los huevos a continuación y vuelven a tapar la tierra con sus patas. Por supuesto, las hembras más jóvenes siempre realizarán más puestas, del mismo modo que se pondrán más huevos en las primeras de cada año.


Incubación de los huevos.- Realizada la puesta, podemos dejar que se incuben de forma natural o artificial. Si se ha realizado en el recinto adecuado y el clima es bueno (temperatura estable), lo mejor es no manipular nada y dejar que las crías nazcan en agosto o septiembre. De lo contrario (mucha humedad o mal tiempo), se puede optar por colocarlos en una incubadora. En tal caso, los huevos se sacarán del nido cuanto antes, pero nunca se deben voltear tal y como se depositaron (se puede poner una marca con lápiz). El termostato debe de asegurar a los huevos una temperatura con valores situados por lo general entre 28-31 ºC. También hay que controlar la humedad, que será posible con el higrómetro (un valor medio de 60%). Sin embargo, tanto en temperatura y humedad como en tiempo de incubación puede variar según la especie de que se trate, por lo que para asegurarnos siempre será necesario consultar con el veterinario.

Nacimiento y cría de las tortugas bebés.- Para romper la cáscara, disponen de una pequeña protuberancia afilada en su pico ("diente de huevo"), aunque desaparecerá a los pocos días de nacer. Pueden llegar a tardar en desprenderse de toda la cáscara del huevo entre uno y dos días. Aunque se alargue más, es recomendable no intervenir. Una vez que salen de él, tienen todavía colgando de ellas el llamado saco vitelino en su ombligo, pero en pocos días lo absorberán completamente. Podemos desinfectar la zona umbilical con antiséptico, para que cicatrice bien y vigilar que nada se le enganche en dicha zona. Mientras que no desaparece ese saco (cuatro días), las tortugas bebés no se alimentarán de nada. El primer año deben de alojarse en un terrario y nunca al aire libre, para controlar la temperatura ambiente. Las de agua deberán de colocarse en un acuario con calentador. Por otra parte, no se les debe permitir hibernar porque carecen aún de la energía suficiente para sobrevivir. Ya lo comentamos en este post.

Caso especial: cesárea.- Sí, sí, no es ninguna broma. ¿Qué ocurre cuando una tortuga no puede poner los huevos? Me remito a este enlace del blog del veterinario Pepe Targa, que con todo lujo de detalles describe una exitosa operación a una tortuga de agua que sufría retención de huevos. Felicidades Pepe por ese gran trabajo, de parte de un admirador eterno de estos animales :)

viernes, 1 de junio de 2012

La hibernación de las tortugas y sus consejos

Las tortugas son conocidas por ser unos animales de lentos movimientos y de vida tranquila. Sin embargo, en realidad son los veranos su época de mayor actividad tanto en necesidad de alimentación, reproducción, etc. Cuando bajan las temperaturas lo suficiente, estos animales entran en estado de hibernación. Básicamente se trata de un mecanismo de defensa natural que consiste en que la tortuga permanece dormida sin requerir ningún tipo de alimentación y consumiendo energía y vitaminas para resistir el frío de los periodos invernales. Este estado lo adopta simplemente cuando la tortuga nota que el frío se apodera de ella, pues estos reptiles son muy aficionados al calor y de hecho en la época estival los ejemplares de tierra prefieren permanecer bajo la luz directa del sol en lugar de a la sombra. Incluso las tortugas de agua prefieren dormir fuera del agua mientras hibernan. A simple vista, parece sencillo, pero es mejor que tengamos en cuenta una serie de consejos para garantizar una adecuada salud de la tortuga antes, durante y después de esta época.

Evidentemente es esencial que la tortuga tenga una alimentación variada y adecuada durante todo el año, para protegerla. Las tortugas de tierra suelen ser omnívoras y se les puede dar alimentos ricos en carbohidratos, zanahorias, manzanas, frutas… E igualmente es recomendable que a las tortugas de agua se les alimente dos veces al día en periodos estivales de altas temperaturas. Estas también necesitarán salir del agua, por lo que no debemos llenar demasiado la piscina.

La hibernación suele llegar antes en las tortugas de tierra (diciembre-marzo) y más tarde en las de agua (enero-abril). Las primeras señales que nos da la tortuga de que está a punto de entrar en este estado es cuando empieza a dejar de tener apetito y suele dormir más tiempo del normal, o simplemente permanece quieta en un rincón del terrario o de la piscina. Sin embargo, no todas las tortugas hibernan o incluso deberían, según en qué estado se encuentren. Así, la Tortuga Mora (norte de África) no tiene necesidad de hibernar en su hábitat natural dado que los climas cálidos no presentan temperaturas demasiado bajas, por lo que con valores constantes de calor apenas alcanza un estado semiletárgico. En cambio, en España sí que debe hibernar cuando en invierno se producen fuertes descensos. Mi experiencia me demuestra que las tortugas de tierra permanecen una media de tres meses en estado de hibernación. Las de agua algo más. 

Con carácter previo a la hibernación se pueden adoptar medidas para prepararla y a partir de que dejan de comer, durante dos semanas. Se recomienda una desparasitación o examen coprológico (de heces) por el veterinario, para descartar la posibilidad de que existan parásitos. También es buena idea suministrarle vitamina A a su dieta, dado que al quemar toda la grasa durante el aletargamiento, la falta de vitamina suele crearle problemas recién salida de él. Igualmente es bueno someterla a baños para favorecer su hidratación e incluso favorecer el tránsito digestivo. Con un cepillo de dientes podemos eliminar todos los residuos de su caparazón para impedir que se produzcan infecciones. Por otra parte, en el caso de que nuestra tortuga hiberne bajo tierra, debemos de asegurarnos de que el terrario es adecuado para ello. Finalmente es buena idea pesarla antes y después de este estado y comprobar que no ha perdido demasiado peso (no más del 1% por cada mes). 

                                     

Otra cosa importante es que analicemos bien su situación particular en relación con su salud. Y es que tortugas desnutridas, con problemas digestivos, heridas o con cualquier otro tipo de enfermedad como fracturas de caparazón, ojos lacrimosos o plagas en la boca no deben entrar en ese estado bajo ningún concepto y hay que consultar al veterinario. Por otra parte, existen opiniones que consideran que tortugas de tierra menores de 3 años o con menos de 8 cm de longitud tampoco deben hibernar porque carecen de suficientes reservas energéticas como para sobrevivir. 

Durante la hibernación, por tanto, hay que vigilar que la tortuga se encuentra protegida de las bajas temperaturas del invierno, pero es importante que le de la luz. Especialmente hay que procurar que las tortugas de agua permanezcan en casa y a temperatura ambiente, mientras que las de tierra tengan alguna casita, terrario o rincón del que guarecerse. Es habitual ver a los galápagos salir del agua, pero en modo alguno debemos de consentir que permanezcan así demasiadas horas, o sufrirán deshidratación, sobre todo si son muy pequeñas. Las de tierra pueden despertarse durante un periodo de tiempo muy breve y no sería mala idea proveerles de un pequeño cuenco de agua limpia (porque no van a tener apetito para más).

Las señales de salida de hibernación nos la da la tortuga despertándose, aunque veamos que no se mueve. Desde el primer momento no va a comer tan rápido y en el caso de las de agua tardará en reconocer el olor de la comida. Recomiendo empezar por proveerles de un poco de comida por la mañana o a mediodía, su periodo de mayor actividad. Poco a poco tardarán menos tiempo en reaccionar y con el paso de los días necesitarán más comida. Las tortugas de tierra necesitarán vitamina A y C y también se recomienda tomate y sobre todo lechuga, que por su aporte de agua combatirá los peligros de deshidratación. Se recomienda hacer pasar a la tortuga un chequeo general para descartar cualquier tipo de problemas relacionados con trastornos digestivos, infecciones oculares, deshidratación o presencia de parásitos. Mucha atención a sus ojos porque si los vemos hundidos es porque sufren de deshidratación.

¿Qué beneficios tiene para las tortugas la hibernación? Muchos. Pese a ralentizar su metabolismo, consiguen en realidad aumentar su esperanza de vida al paralizar prácticamente su cuerpo y si hemos tomado las precauciones requeridas gozarán de un sistema inmunológico reforzado y mayores posibilidades reproductivas.

P.D: por favor, cualquier pregunta o cuestión sobre el estado de salud que pueda tener una tortuga se ruega hacérsela a un profesional veterinario en persona. Además, no es posible hacer ningún diagnóstico fiable a distancia.

martes, 11 de octubre de 2011

Protejamos a las tortugas gigantes

Después de un tiempo vuelvo a hablar de mi animal favorito, pero esta vez en una versión a mayor escala. Toca empezar a hablar de animales salvajes y en este caso de las tortugas gigantes. Estamos acostumbrados a ver tortuguitas pequeñas de agua y en menor medida las de tierra, pero en los otros continentes existen especies realmente grandes, que incluso pueden soportar el peso de un niño. Echaremos, pues, un vistazo a las especies más grandes de tortugas que existen en el mundo de acuerdo con la información que, una vez más, he podido obtener de la red. Verdaderamente debe de ser apasionante ver de cerca estos animales, no ya por lo inusual de su tamaño sino también porque se encuentran en lugares mucho más naturales y paradisíacos, en algunos casos, que a los que también estamos acostumbrados. Son unos animales que están en grave peligro de extinción. No podemos consentir que estos animales desaparezcan, al igual que cualquier otro. Me duele pensar que no se tenga consideración alguna en evitarlo ni por parte de particulares ni por los gobiernos.

La especie más grande de tortuga del mundo es la Chelonoidis nigra, de las Islas Galápagos, un archipiélago situado a mil kilómetros al oeste de Ecuador en el Pacífico. Puede llegar a pesar 400 kilos y su longitud va hasta los 2 metros. También es de las más longevas, pudiendo superar de largo los 100 años. El tamaño de caparazón es distinto en función de la humedad de la isla, así en las húmedas son más grandes, tienen el caparazón abovedado y el cuello corto, mientras que en las secas es justo lo contrario y su caparazón adquiere la forma de silla de montar. En todo caso tienen unas extremidades muy robustas. Existen muchas subespecies, pero existe una en la que sólo hay un ejemplar que es conocido como el Solitario Jorge. Estas tortugas son más bien sedentarias y prefieren resguardarse bajo un árbol o un arbusto, por lo que rara vez se dedican a explorar el terreno. Hay que tener cuidado, pues frente a cosas desconocidas suele acercarse, examinar y posteriormente morder. E imaginamos que no debe de ser muy gratificante ser mordido por una tortuga gigante.




La Geochelone gigantea es la tortuga de las Islas Seychelles, concretamente en el Atolón de Aldabra. Después de la anterior es la de mayor tamaño. Su peso máximo puede ser de 200-250 kilos y su longitud puede llegar a los 130 centímetros, llegando a vivir también más de un siglo. El caparazón lo tiene en forma de cúpula y de color gris oscuro o negro. El cuello se caracteriza por ser muy largo, lo que le faculta para poder alcanzar las ramas bajas de los árboles que se encuentran a un metro del suelo. Actualmente existen 3 subespecies, puesto que otras 3 anteriores han sido desgraciadamente extinguidas. Su amenaza de extinción es de riesgo medio. Son quizá menos agresivas que las anteriores, ya que pueden llegar a alimentarse de nuestra mano dado que reaccionan indiferentes ante la persona humana. Aparte de la hierba y las hojas, les gusta la fruta y pueden llegar a comer carroña y animales invertebrados. El problema que tienen en su reproducción es la escasa fertilidad de los huevos.



La Geochelone sulcata ó tortuga de espolones africana, es la más grande no insular y la tercera mayor tortuga terrestre del mundo. Desgraciadamente está casi extinguida, pero se encuentra protegida en parques nacionales y reservas de fauna. Es originaria del Norte de África y del Sur del Sahara. La culpa de que esté en vías de extinción se encuentra en la urbanización de su hábitat, el desarrollo antinatural de la agricultura, la desertización y el cruel e inhumano uso de su carne para la alimentación local y la medicina tradicionalista. Pueden medir de 80 centímetros a un metro y pesar 100 kilos. Es una tortuga nada fácil de mantener en cautividad, no ya por la necesidad de un amplio espacio por donde pueda moverse sino también porque requiere una buena calefacción y protección del frío en invierno, pues de lo contrario puede sufrir enfermedades respiratorias. De hecho no soportan la humedad, puesto que precisamente crecen en ambientes áridos y secos. Eso sí, en las horas más cálidas aprovechan para excavar hoyos y resguardarse de las tórridas temperaturas. Lo más gracioso que he leído es que para asegurarse una buena humedad de sus huevos, antes de incubarlos, orina en el nido. ¿No son tontas, eh?



La cuarta del ránking es la Geochelone pardalis. Vive en la sábana de África y especialmente en África del Sur. Pueden superar los 70 centímetros de largo y pesar 40 kilos, llegando a vivir 100 años. Es llamada la tortuga Leopardo, por sus manchas del caparazón. Su alimentación es eminentemente herbívora, de forma que en cautividad se le debe de permitir pastar. Pero es recomendable que se le añada calcio y fibra a su dieta para evitar la deshidratación, pérdida de peso y reforzar sus órganos, huesos y caparazón. También necesita una adecuada provisión de agua y a diario. Existen dos subespecies, la pardalis y la babcoki. La mayor diferencia es que en la segunda las hembras son más grandes, aparte del tono más oscuro que amarillo de la primera. Un problema que tiene ésta es en la reproducción en cautividad, por unos requisitos de temperatura y humedad más estrictos. Reaccionan a la defensiva y se esconden cuando se ven amenazadas y son de las pocas que no llegan a hibernar. De hecho les encanta la luz solar. Pero no toleran el exceso de frío y humedad. Son muy fuertes, llegando a escalar piedras. En definitiva son más fáciles de cuidar en cautividad y se permite su cuidado doméstico.



Y la quinta es la Geochelone carbonaria, también conocida como ‘patas rojas’. Es natural de las sabanas, selvas y bosques de toda América del Sur. Su caparazón es muy popular por ser de color oscuro con manchas amarilla-anaranjadas o anaranjadas-rojizas, incluso en la cabeza y las patas. Puede medir hasta 35 centímetros de largo de media. Su riesgo de extinción es alto y la culpa la tiene la despiadada caza del hombre en las tierras agrícolas, para venderlas como alimento. Son animales que en vida salvaje son herbívoros y carroñeros, pero en cautividad es más aconsejable proveerle de mucha fruta y de calcio. Es importante que el terrario de la tortuga sea grande, pues son unos animales que les gusta moverse mucho y explorar. También precisan de una gran humedad ambiental (pero sin pasarse) y de presencia de plantas y cómo no de lugares donde esconderse. Sorprendentemente se permite su cuidado como mascota, algo que en mi opinión debería estar restringido a los parques y reservas que se encargasen de favorecer su reproducción. Afortunadamente sí existen algunos, donde están protegidas. Existen unas siete subespecies, diferenciándose en la coloración del caparazón.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El cuidado diligente de las tortugas

Hoy voy a hablar sobre los cuidados del animal al que más cariño le tengo, quizás por el hecho de que desde que tengo uso de razón (o más bien desde que nací) ha sido una mascota (varias) en mi casa: la tortuga. Como sabemos están las tortugas terrestres y las galápagos. "Gugleando", algo que me encanta hacer, encontré información interesante para un perfecto y merecido cuidado de estos curiosos animales. En primer lugar es importante que desarrollen su vida en un ambiente adecuado. En todo caso, sea terrestre o galápago la luz es muy importante. De hecho no es extraño que las de tierra pasen mucho tiempo en zonas en que pegue directamente el sol. Las galápago también son aficionadas a tomar el sol, pero no demasiado. Siempre que se pudiera, sería bueno que durante unos 10 minutos, a una hora temprana por la mañana (9-10 horas) pasaran un tiempo recibiendo rayos solares, bien abriendo persianas o sacando la piscina al patio, si es que no existiera una perfecta iluminación en la ubicación de aquella.

El terrario debe ser cómodo y seguro. Pueden vivir no obstante también en patios, siempre y cuando sean abiertos, tengan algún rincón para resguardarse del frío y no convivan con otros animales como perros o gatos.

Las galápagos deben vivir en una pisicina lo suficientemente grande. De hecho, estar bajo un estrés constante puede llegarla a enfermar. No hace falta que la pisicina esté muy llena, debe poder nadar y salir a la superficie cuando lo desee. Es recomendable que se echen gotas de aloe vera para eliminar el cloro del agua de la pisicina. De esta forma evitamos que se irriten los ojos, sufran mucosidades o problemas respiratorios y posibles enfermedades. Con una ó dos gotas cada vez que cambiemos el agua sería suficiente, dependiendo de las dimensiones de la piscina. Otra medida que se recomienda es añadirle calcio para evitar que se ablande el caparazón y proveerle de vitamina B-1. Los cambios del agua se deben hacer al menos cada 3 días, para evitar infecciones. Incluso también se debería bañarla una vez a la semana.

La alimentación. Lo primero y esencial es que hay que darles la comida siempre por la mañana, ya que cuando despiertan se ponen al sol o a la luz de calor para coger la temperatura apropiada, despertándosele el apetito en ese momento.

Para las tortugas de tierra la lechuga es, por excelencia, el alimento favorito, aunque en realidad existen otros muchos que pueden contribuir a una dieta equilibrada:

Vegetales fibrosos: Berza triturada, zanahoria rallada (cruda o hervida), tomates, judías verdes, maíz tierno (por ejemplo del congelado), espinacas, calabaza, coliflor, brócoli, pétalos de flores (silvestres, ya que las flores de viveros pueden llevar productos químicos nocivos), alcachofas (muy bien lavadas), trigo germinado...

Frutas: Plátanos, naranja (intentar evitarla, o dar en muy poca cantidad, ya que si no les provocará diarreas), manzanas, fresas, sandía, cerezas (quitar el hueso), frambuesas, higos, peras, melocotón, ciruelas, etc...

También podemos colocar un platito con agua.

Transcurrida la hibernación, que llega con el frío, es importante que la tortuga sea alimentada desde que salga de aquélla. Aunque la veamos dormir mucho hay que procurar que lo antes posible vuelva a comer.


Para los galápagos, es recomendable alimentarlas dos veces al día pero en raciones pequeñas, ya que si echamos demasiado y especialmente si es muy pequeña no llega a comérselo todo y sólo ensuciamos la piscina. En las tiendas de animales existen botes de comida de gambas con vitaminas, con lo que con estas tortugas tenemos más fácil la elección del menú. No suelen hibernar mucho.

Posiblemente la parte más dificil en el cuidado de las tortugas sea el de sacar a las crías adelante. Tan pronto como las recién nacidas han absorbido su yema y se mueven ya libremente deben colocarse en un terrario mantenido a unos 27º C.

Se les debe alimentar muy poco durante los primeros días y con comida blanda y troceada. Con frecuencia la rechazarán durante una semana después de salir del cascarón, pero pronto comerán regularmente.

Un problema que aparece frecuentemente durante el crecimiento de las tortugas es que el caparazón crezca irregularmente debido a una sobrealimentación con comidas ricas en proteínas juntamente con una falta de calcio y fósforo en la dieta.

Es por tanto importante alimentar a las pequeñas con poca cantidad, pero asegurándonos de que contengan los minerales y vitaminas que necesitan, siendo variada su alimentación.


Enfermedades.
La infección ocular. Si la tortuga no consume alimentos con vitamina A ni cambiamos el agua regularmente, corre riesgo de tener una infección ocular que puede eliminarse con una solución hecha de 3% de ácido bórico y el resto de agua destilada. Este líquido hay que pasarlo por los ojos del animal dos veces al día para que se vaya la hinchazón de sus ojos o deje de mantenerlos cerrados todo el tiempo. Si en 5 días no vemos mejoría tras aplicarle la solución, debemos llevar al animal urgentemente al veterinario.

La mala alimentación no sólo puede traer este problema, sino también trastornos estomacales, acompañados de diarrea y estreñimiento.

Al igual que nosotros, si las tortugas están cerca de corrientes de aire, se pueden resfriar. Por eso debemos localizar su terrario en una zona alejada de ráfagas o bien procurarles una "casita" si las tenemos en el patio. Los acuaterrarios también pueden poner en riesgo el sistema respiratorio de nuestra mascota si la temperatura del agua y del ambiente tienen muchos grados de diferencia. De lo contrario la tortuga puede tener síntomas como mucosidades, pérdida del apetito, problemas de respiración (respirar con la boca abierta)... Si en 5 días no vemos mejoría, es necesario que se lleve al veterinario urgentemente, ya que podría evolucionar a una pulmonía.

No sólo existen veterinarios que curan a perros o gatos, existen otros que se dedican a muchas especies, como el que nos lleva a esta página web: http://www.centroveterinarioalhama.es/


Otras webs de las que he sacado esta muy útil información, en mi opinión personal, son:

www.angelfire.com/emo/tortugas/ excelente web sobre cuidado de tortugas

http://animalosis.com/cuidado-de-las-tortugas-acuaticas/

www.astrolabio.net/canal/contenido/enfermedades-de-tortugas-1009061.php


Termino con una simpática foto y...¡cuidemos a las tortugas! lo merecen igual que todos los animales.