Esta semana, el 4 de febrero, la red social Facebook ha cumplido 10 años. Una década ha pasado desde que Mark Zuckerberg creara junto con tres compañeros de la Universidad de Harvard una de las webs más visitadas en todo el mundo y con mayores usuarios registrados. Ahora bien, en realidad esta red no comenzó a explotar hasta 2008, año en que las redes sociales empezaron a dañar sensiblemente al gran Messenger. Sí, esa herramienta que en realidad aún pervive pero que te conectas y descubres con honda tristeza que no está conectado ni el gato. En fin, dejemos de divagar. El caso es que ese décimo aniversario ha sido celebrado de una forma no sabemos si especial pero cuanto menos polémica: una aplicación que permite hacer una "película de Facebook" del usuario.
Realmente, esa película es una selección de fotos que ha tenido el usuario durante el tiempo que está registrado en la red social. Empezando por las tres o cuatro primeras fotos (así como si se tratase de cuando eras pequeño), luego por las que recibieron más "me gusta", siguiendo por las que compartiste y terminando por otra selección de fotos. Todo ello, reproduciéndose como un slideshare automático y acompañado de una musiquita bastante bonita, casi como las que ponen en los cada vez menos originales y más manidos powerpoints de los banquetes de boda. Dura aproximadamente un minuto, pero ha generado muchas reacciones y la mayor parte reveladoras de que este instrumento ha generado mucha controversia.
Están los que creen que es una chorrada, luego los que se emocionan de ver algunas fotos (para mí las tres primeras sí que me resultaron bonitas, todo hay que decirlo), también los que creen que su vida es maravillosísima y divina total y fardan de su vídeo y por supuesto los que ven cosas que no les gustan nada como fotografías con sus ex. Claro que, para evitar eso habría que borrar las fotos primero. Sin embargo, al final ha permitido Facebook poder editarla a gusto del usuario. Vamos, que nos convertimos en auténticos directores de la peli. No obstante, parece ser que el grupo mayoritario son los que han acabado hasta la coronilla de abrir el Facebook y ver como casi todos sus amigos (o mejor dicho, agregados y algún amigo) comparten la famosa película. Ello ha generado todo tipo de bromas y choteos virales, que nunca están de más.
Quizás lo que ocurrió es que Facebook no supo organizar bien los criterios para la selección de las fotos. Twitter hace algo parecido a finales de año, pero normalmente suele ser más efectivo porque recuerda los tweets más compartidos y, por qué no decirlo, lo confecciona de forma más profesional. Sin embargo, el año pasado se pasaron con la música que añadieron que tuvo un tono más bien techno y poco apropiado.
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