Tarde o temprano tenía que hablar de este tema, que al margen de las cuestiones estrechamente vinculados con la crisis (a pesar de que en gran medida tenga relación) no cabe duda de que está en boca de los informativos a nivel estatal. Es difícil manifestar una opinión sin que alguien no se enoje, más que nada porque las posturas están muy enfrentadas y no es fácil ningún debate de este tipo. Pero sí que con el debido respeto haré pública mi opinión y comentaré las posiciones de algunos políticos, literarios o periodistas que la apoyan en el mismo sentido. No estoy a favor de la independencia de Cataluña de España principalmente porque creo que tras más de 500 años y las dificultades que han existido históricamente, no merecería la pena dividir un Estado que sufriría consecuencias políticas, sociales y económicas irreversibles. Entiendo la unidad de España no como un régimen dictatorial implícito, sino como la suma de muchas regiones que da como resultado un Estado con ese nombre, aunque incluya algunas nacionalidades. Con este post, sumamos las 200 entradas, por cierto.
A continuación desgranaré esa afirmación en explicaciones y artículos en la prensa. En primer lugar, hay que partir de la base de que esta explosión de independentismo no viene de muy lejos, sino más bien desde el año 2012. Artur Mas, en un claro ejercicio de demagogia, podría estar engañando a los catalanes para desviar su incompetencia para resolver problemas como la pobreza infantil. Sanidad y Servicios Sociales son competencias autonómicas, pero se ve que para él es más fácil echarle la culpa al Estado. Se empezó reivindicando la secesión con motivo de la Diada, festividad cuyo origen, según algunas fuentes, no se corresponde realmente con un sentimiento histórico de independencia. De cualquier manera, esos actos tuvieron continuidad en la campaña electoral anticipada en la que el monotema fue exclusivamente la secesión. El asunto sobre la consulta era baladí, pues en la práctica no se defendió el derecho a decidir propiamente dicho sino "independencia sí o independencia no". Si cabe sólo el PSC mantuvo una posición ambigüa, presuntamente porque defienden que haya consulta pero promoverían el "no". Todo esto se trasladó, cómo no, al partido de fútbol Barça-Madrid. Los últimos hechos apuntan a un éxito rotundo en la Diada de 2013 con una cadena humana de independentistas rodeando el perímetro de Cataluña.
Juan Luís Cebrián, Presidente del Grupo Prisa, es claro a este respecto: "es imposible imaginar a España sin Cataluña". Entiende que España es lo que es entre otras cosas gracias a Cataluña y del mismo modo esta lo es gracias al Estado. El Gobierno de la Nación, en estos años de democracia y de distintos colores políticos, ha invertido mucho dinero en mejorar y potenciar la industria catalana, las carreteras y autovías, ha apoyado a muerte para que hubiera Juegos Olímpicos en Barcelona en 1992... Y eso por no contar los múltiples pactos que han existido para mejorar el autogobierno para Cataluña, al nivel más alto que ha tenido en toda su historia. De igual forma, si se entendiera necesario el lanzamiento de una consulta (con o sin carácter vinculante), considera que debería tener derecho toda España a poder opinar. Y estoy de acuerdo porque se trataría de la escisión de un trozo muy importante de nuestro país. Dicho en otras palabras, el derecho a decidir no puede ser de unos pocos. Sino de todos los implicados, directa o indirectamente. Porque estamos en democracia y además hay que recordar que la CE se aprobó allí con el 90% de los votos, votando un 67% del censo electoral.
Felipe González, ex Presidente del Gobierno pone más apuntes de cordura con una frase más directa aún: "la independencia de Cataluña como objetivo es imposible". Entre otras cosas porque generaría una fractura económica y social muy difícil de arreglar en varias decenas de años. Y ya sabemos lo que supone una crisis de ese tipo en España: estancamiento, pobreza y retroceso. Un divorcio así sólo generaría esos problemas. También apuntó que la única salida debe ser un Estado Federal. Sí, otra solución copiada de UPyD como acostumbran a hacer los socialistas. Ello implica reformar el actual Estado de las autonomías que está sufriendo un desgaste enorme en estos años de crisis, situándose como principal problema en las encuestas el aumento del gasto público. Paradójicamente, es Cataluña la Región en la que mejor valoración concede al modelo actual. Estoy de acuerdo también con Rodríguez Zapatero, el otro ex Presidente socialista que la consulta es inviable política y jurídicamente hablando. Defiende reformas profundas, que seguramente es lo que hace falta y entre ellas un nuevo pacto entre las fuerzas políticas que generase una nueva Transición, algo de los que los políticos no hablan pero que se hará imprescindible muy pronto. Y otro socialista más, Rubalcaba, tiene claro que una necesaria reforma de la Constitución nunca incluiría una cláusula de autodeterminación. Asimismo, apunta que el "derecho a decidir" ya se tiene en elecciones democráticas.
El célebre escritor peruano (y simpatizante de UPyD) Mario Vargas Llosa defiende también la continuidad de Cataluña en España. En su último artículo publicado en El País carga contra los nacionalismos que se apoyan en discursos demagógicos y se alimentan con frecuencia de mentiras y manipulaciones. Es el caso de Artur Mas que emitió unas declaraciones ridículas en las que vino a insinuarse como el nuevo Martin Luther King. Los nacionalismos pueden restar libertad al individuo en el momento en que se adueñan de su capacidad de decisión y se somete a los dictados del que manda. Y es que, señores, no existen nacionalismos ni buenos ni malos, sino de diferente sentimiento. Aunque esté de moda decir que el español es de fachas y tiranos y los periféricos son de abanderadores de la libertad de los pueblos. No hay extremos. Los derechos los tienen las personas, no los territorios, que son lo que superponen los nacionalismos excluyentes. Y la variedad de culturas que caracteriza a España es precisamente fuente y sentido de su riqueza y belleza. No podemos pretender que haya una cultura uniforme porque sería contradecir la naturaleza de España: un país plural, pero unido. Que es lo que debería ser. Y en lo que muchos creemos.
Pasando al aspecto internacional, en primer lugar hacemos referencia a Joaquín Almunia, comisario de la Comisión Europea y que fuera candidato a Presidente del Gobierno en 2000. Señala muy claramente que una salida de Cataluña de España conllevaría la expulsión de la Unión Europea. Al mismo tiempo, señala su opinión personal de que prefiere que siga formando parte de España, pero encomienda a los gobiernos catalán y español que realicen las negociaciones que estimen convenientes para resolver el problema. Es cierto que la UE tiene mucha culpabilidad de la crisis económica en Europa, pero no queda otra que prosperar dentro de ella. Además, las exportaciones se realizan ahora mismo de forma masiva a España y también a Francia y perderían muchos derechos arancelarios y competitividad. También es verdad que es compatible usar el Euro y estar fuera de la UE, pero carecería de competencias en materia de liquidez. De este modo, los bancos catalanes quedarían a merced del BCE sin ninguna capacidad de decisión. ¿Eso es independencia con autogobierno? De ninguna manera.
Francesc Granell, catedrático de Economía Internacional de la Universitat de Barcelona señala que el proyecto de Estado catalán sería fallido a la hora de aplicarlo en la práctica. Más que nada porque tendría que solicitarlo formalmente a la ONU y EEUU y Rusia podrían vetarlo en el Consejo de Seguridad, que debería informar previamente. Además, corrobora lo señalado por Almunia en el sentido de que no se le aplicarían los Tratados y debería para ello solicitar una adhesión que, como sabemos los que hemos estudiado Derecho de la Unión Europea, sólo puede tener lugar por unanimidad de sus miembros existentes.
Finalmente, hacer mención a un libro de próxima publicación (en noviembre) en Ediciones B y escrito por Juan Carlos Girauta, de nombre Votaré no. Se trata de un ensayo en el que acepta y defiende la necesidad de celebrar una consulta, al mismo tiempo que argumenta el voto negativo a la secesión desmontando las mentiras y manipulaciones del Govern, así como señalando que ese proceso de independencia conduciría a los catalanes a un viaje sin futuro. El autor ha colaborado escribiendo artículos para Libertad Digital y en algunos programas de la COPE. En un tiempo pasado fue miembro del PSC.
Francesc Granell, catedrático de Economía Internacional de la Universitat de Barcelona señala que el proyecto de Estado catalán sería fallido a la hora de aplicarlo en la práctica. Más que nada porque tendría que solicitarlo formalmente a la ONU y EEUU y Rusia podrían vetarlo en el Consejo de Seguridad, que debería informar previamente. Además, corrobora lo señalado por Almunia en el sentido de que no se le aplicarían los Tratados y debería para ello solicitar una adhesión que, como sabemos los que hemos estudiado Derecho de la Unión Europea, sólo puede tener lugar por unanimidad de sus miembros existentes.
Finalmente, hacer mención a un libro de próxima publicación (en noviembre) en Ediciones B y escrito por Juan Carlos Girauta, de nombre Votaré no. Se trata de un ensayo en el que acepta y defiende la necesidad de celebrar una consulta, al mismo tiempo que argumenta el voto negativo a la secesión desmontando las mentiras y manipulaciones del Govern, así como señalando que ese proceso de independencia conduciría a los catalanes a un viaje sin futuro. El autor ha colaborado escribiendo artículos para Libertad Digital y en algunos programas de la COPE. En un tiempo pasado fue miembro del PSC.
Este culebrón dista mucho de ser resuelto, pero como español que me siento y que considero a Cataluña como parte de mi Estado, aunque sea una región o nacionalidad muy diferenciada del resto por razones históricas y culturales, sólo puedo esperar que este tema se solucione de la mejor forma posible. Y en mi modesta opinión sería con una nueva organización territorial del poder estatal basada en el federalismo cooperativo asimétrico, con algunas CCAA con más competencias que otras y la mayor igualdad posible de derechos para todas las personas. Y ello para que España siga siendo lo que es, una gran Nación con una pluralidad lingüística, cultural e histórica que es su razón de ser. Aunque algunos no quieran admitirlo y son precisamente los que más culpa tienen de la amenaza de que España pueda dejar de ser España.
Viva España y viva Cataluña.
Viva España y viva Cataluña.
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