Esta semana el post no puede tener otro tema que el trágico accidente sufrido el pasado miércoles en Santiago de Compostela, justo un día antes de la festividad de su patrón. Se trató de accidente de un tren, que descarriló, acabó con las vidas de 80 personas y causó 180 heridos. Una nueva tragedia veraniega que nos recuerda al terrible accidente de un avión de Spanair en 2008 o el de Chinchilla (Albacete) en 2003. Muchas familias, no sólo gallegas sino de todo el país y varias extranjeras, destrozadas para siempre. Son momentos en los que uno siente rabia e impotencia de que sucedan estas cosas. ¿No se supone que existe máxima seguridad? Del mismo modo, me parecen patéticos los personajes que aprovechan para reírse de estas cosas amparándose en el "humor negro". Pues en mi opinión, se lo pueden meter por el culo. Literalmente. Malnacidos.
Se estuvo proyectando en varias páginas webs el vídeo del accidente, al tiempo que haciendo públicas las primeras especulaciones sobre las causas. Es también triste que haya gente que a las primeras de cambio hable de atentado (como en Intereconomía), así como que quiera sacar rédito político inmediato (como una socialista madrileña). Este tipo de reacciones son más propias de quien quiere manipular a la opinión pública o bien explotar el morbo y las teorías conspiratorias. Creo que en un día como ese lo más normal era apoyar a las víctimas y dar información desde el primer momento de lo que acontecía allí, cosa que no hizo ni un sólo canal de televisión. Sólo lo hicieron 13TV y la citada Intereconomía, pero a su manera. El despropósito de comunicación se completa con una Renfe que apenas escribió en Twitter. Sólo unos pocos decidieron propagar los lugares a los que podía la gente donar sangre, que eran los centros específicamente destinados y no los hospitales.
Es cierto que la tercera vagoneta explota y empuja, en la curva, a la zona delantera hacia el muro. Pero ese documento visual no es suficiente para verificar ninguna hipótesis de las que están lanzando los medios. Eso sí, un día después no han tardado nada en echarle la culpa al maquinista, Francisco José Garzón Amo. Para empezar, publicaron sin venir a cuento unos supuestos comentarios en Facebook de 2012 en que se jactaba de la velocidad a la que iba. Una forma muy rastrera de situarle como cabeza de turco, que fue iniciada por el ABC pero seguida por todos los demás. Pues bien, el caso es que este hombre se enfrenta a una condena por homicidio imprudente que le puede costar no menos de 20 años, por ir a 190 km/hora en ese tramo. Habitualmente estos vehículos van incluso a más velocidad, pero en una curva la máquina no puede resistirlo.
Otras versiones apuntan al sistema de frenado, basado en ASFA, mediante el cual el tren recibe señales de balizas que lo detienen forzosamente, pero carece de la mayor seguridad de ERTMS que es el que está homologado en toda Europa. Esa decisión la tomó el Ministerio de Fomento en 2010, siendo cabecilla del mismo el ex imputado en el caso Campeón José Blanco (PSOE). Sin embargo, en todos estos años no había dado problemas y me da a mí que aquí nuevamente hay interés de sacar recompensa partidista. La última teoría es la del estado del tren, que se descarta porque la última revisión había tenido lugar la misma mañana del accidente. A no ser, claro está, que se hubiese realizado mal. Tendremos que seguir esperando, más que nada para aclarar cualquier cuestión que impida que este desastre vuelva a suceder.
Por señalar algo milagroso y positivo, que nos recuerda a la película de Juan Antonio Bayona de Lo imposible, una familia completa, natural de Venezuela, logró sobrevivir. Volvían a su casa en Madrid desde Ferrol y después del espantoso accidente han vuelto a nacer. No quiero terminar este post sin mandar un fuerte abrazo a todos los que han sufrido la pérdida de un ser querido por este accidente y una dura colleja a los que tratan de aprovecharse del mal ajeno para sacar los réditos que le interesan. Entre los fallecidos, hay que señalar que perdió la vida un matrimonio de ancianos de Roche (Cartagena).
Descansen en paz.
Descansen en paz.
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