Esta semana, al margen de las noticias relativas a la crisis política y cambio de presidente en la Región, los murcianos nos hemos encontrado con un curioso relato. Un estudiante de Informática de la localidad de Blanca de 23 años, de nombre Sergio, había colocado varios carteles en los que buscaba contactar con una chica con la que había experimentado un flechazo. Los hechos se remontan al día del Bando de la Huerta, festividad local de la ciudad de Murcia, y concretamente por la noche al regresar en tranvía. Al parecer, el chico se percató de que la muchacha se había quedado sola tras bajarse sus amigas y no parecía haber pasado un buen día. Supuestamente, lo que a este chico le impactó fue su mirada triste. En lugar de acercarse a ella, cuando vio que se bajaba intentó que ella también lo hiciera, pero no le hizo caso (lógicamente). Días más tarde, se arrepintió de no haberse acercado a la misteriosa chica del tranvía. Una morena de pelo corto. Merece la pena leer la carta.
Los medios de comunicación se han hecho eco del asunto. A nivel regional, tanto los periódicos de La Verdad y La Opinión como la televisión pública no sólo han informado sobre este asunto sino que además le han entrevistado. El chico, ante todo, desmiente que haya empapelado toda Murcia como se ha citado en los periódicos, al mismo tiempo que señala que el martes que viene retirará los carteles. El problema es que esta reacción ha sido condenada en algunos círculos feministas (y no feministas también) por ser de alguna manera un acoso. La chica permanece anónima y no se sabe si se ha llegado a dar por aludida, pero es muy probable que en el caso de que fuese así se niegue a levantar la mano y descubrirse. Con lo que hay actualmente, es absolutamente normal tener miedo y más si se es una mujer. Si fuera un hombre el aludido y la chica fuese de buen ver, me parece a mí que no sólo saldría el chico sino que aparecerían 2.000 más. Murcia es así.
Como es fácil de adivinar, Sergio ha recibido innumerables mensajes y llamadas a su móvil. Algunas comunicaciones han sido de apoyo, pero también ha recibido insultos e incluso amenazas. En estos últimos casos, de chicos que se han sentido aludidos en lo que respecta a sus novias. Se le acusa de haber montado un circo para llamar la atención, pero en mi opinión el espectáculo ha sido más bien el que han aprovechado los medios. Incluyendo, por cierto, medios nacionales como El Mundo, ABC, El Confidencial ó 20 Minutos. También, por supuesto, están los que les ha impactado esta campaña aludiendo a un romanticismo. Una especie de cuento de la Cenicienta adaptado al siglo XXI, pero sin zapato de cristal.
En mi opinión, Sergio debió de haberse presentado en ese momento a pesar de perder su parada. ¿Qué podía pasar? ¿Que la chica lo rechazara? Pues peor para ella, entonces. Con todo, entre las distintas posturas que se han expresado, soy más condescendiente con este chico. Aunque en parte se nota su inmadurez (yo a esa edad lo era y mucho más) pienso que las feroces críticas que se han lanzado contra él son injustas. Pensar que es un acosador creo que es absolutamente gratuito y sin fundamento. Lo primero de todo es que la chica no se conoce, nadie la puede buscar y si se siente aludida ella es totalmente libre de descubrirse o pasar olímpicamente. Y el martes todo habrá acabado. Punto y final.
Pero el caso es que hoy mismo ha salido publicada una carta supuestamente por la chica aludida, aunque es fácil pensar que más bien es alguien que se hace pasar por ella. Puede leerse entera aquí. Francamente, no me creo que sea ella. Y aún siendo, tampoco tendría claro que los hechos fuesen tal y como los cuenta. Todos hemos tenido 20 años y a esas edades nos gusta que gente del sexo que nos atrae se fije en nosotros, especialmente si es de alguien guapo. Una persona de esa edad, verdaderamente, no escribe una carta en un tono tan sumamente borde incluso relatando la estancia en el autobús. Más bien parece escrito por alguien de como mínimo 30 años y que no ha escuchado ni leído nada de lo que ha dicho este chico en los medios. No se puede etiquetar de acosador, machista o incluso de violencia de género a cualquier chico al que le llame la atención una chica o le haga algún gesto. Pero la dictadura de lo políticamente correcto parece interpretarlo todo de parte nuestra y meternos en la cabeza todas sus paranoias.
Pero el caso es que hoy mismo ha salido publicada una carta supuestamente por la chica aludida, aunque es fácil pensar que más bien es alguien que se hace pasar por ella. Puede leerse entera aquí. Francamente, no me creo que sea ella. Y aún siendo, tampoco tendría claro que los hechos fuesen tal y como los cuenta. Todos hemos tenido 20 años y a esas edades nos gusta que gente del sexo que nos atrae se fije en nosotros, especialmente si es de alguien guapo. Una persona de esa edad, verdaderamente, no escribe una carta en un tono tan sumamente borde incluso relatando la estancia en el autobús. Más bien parece escrito por alguien de como mínimo 30 años y que no ha escuchado ni leído nada de lo que ha dicho este chico en los medios. No se puede etiquetar de acosador, machista o incluso de violencia de género a cualquier chico al que le llame la atención una chica o le haga algún gesto. Pero la dictadura de lo políticamente correcto parece interpretarlo todo de parte nuestra y meternos en la cabeza todas sus paranoias.
Ánimo Sergio, ya encontrarás a tu amor.
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