Aunque de alguna manera sean más populares los perros, los gatos también pueden ser unos animales muy cariñosos. El principal punto a favor de estos últimos es que no necesitan salir a la calle ni ir de paseo y cuando maúllan no arman el escándalo que hacen algunos perros ladrando. Pero a la hora de mostrar su afecto al dueño realizan un movimiento que les diferencia aún más de los perros: el ronroneo.
El ronroneo gatuno consiste en una vibración manifestada en un sonido agradable que emite el felino. Normalmente quiere transmitir una sensación de bienestar, confianza y seguridad. No existe una explicación exacta de cómo se produce el ronroneo, pero sí lo que implica. Situaciones como levantarte por la mañana o volver a casa del trabajo animan al gato a sentir buenas vibraciones. Pero no es la única manifestación de cariño.
El gato puede aprovechar que su amo está sentado o acostado para subirse a él y agarrarse con sus patitas. Ese momento puede venir acompañado de más gestos que transmiten su amor como mordisquitos en la nariz, lamer las orejas o intentar dar un abrazo subiéndose al hombro. Y sin duda la señal más evidente de que nuestro gato nos aprecia es cuando nos miran entrecerrando los ojitos. Es una forma de decir a la cara que nos quiere y que se siente bien con nosotros, por lo que lo mejor es responderle igual. No obstante, el punto máximo es cuando frota su cabecita en nuestro cuerpo. Definitivamente nos adora. Y puede incluso aprovechar para dormirse como si el calor de nuestro cuerpo fuera el de su madre.
Al margen de estar sobre nosotros, también puede tumbarse en el suelo a la espera de que le acariciemos la barriguita. En ese momento aprovecha para darnos algún mordisquito. También le gusta que le frotemos en sus laterales y sobre todo en su cabeza. Todo esto hará que el ronroneo le haga vibrar incluso más fuerte. Si bien puede producirse incluso permaneciendo acostadito en nuestro regazo sin que la toquemos. Es un momento importante para nuestra mascota, ya que siente que no necesita nada más en ese instante. Ni tan siquiera una lata de paté o un cuenco de pienso.
Sin embargo, ya que hablamos de comida, es absolutamente normal que identifique de manera rápida el lugar donde se le suele servir. No es extraño que uno esté preparando la comida y ver cómo tu gato se pone de pie maullando desesperadamente. Son más listos de lo que parece y a veces en lugar de maullar lo que hacen es ronronear y pasearse frotándose con sus piernas. Es francamente gracioso escuchar su maullido cuando acabamos de sacar pienso y algún tipo de "premio", como pechuga de pavo o sobre todo jamón, que les encanta tanto que son capaces de quitártelo de la boca. Y lo digo con conocimiento de causa.
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