No es muy habitual que esté dos semanas sin publicar algo, pero ya se sabe que cuando uno está más ocupado de la cuenta, lo primero es lo primero. Ya estoy de vuelta en el blog como habitualmente cada domingo para hablar de una feliz noticia y es la cura de una tortuga galápago. La historia es la siguiente: una amiga de mi mujer nos avisó de que una tortuga galápago abandonada de dimensiones considerables (más grande que una mano normal) había sido abandonada y tuvo la mala suerte de colarse en el patio de un vecino suyo... encontrándose con un perro pastor alemán. Es fácil imaginarse lo que sucedió. El perro respondió simplemente a su naturaleza y el caso es que agredió brutalmente a la tortuga, causándole destrozos y agujeros en el caparazón y haciéndole perder mucha sangre. El reptil sobrevivió debido a su tamaño, pero con el paso de los días su estado fue a peor. Sin comer absolutamente nada y criándosele gusanos blancos dentro de esos agujeros.
Movido por mi amor hacia estos animales, que forman parte de mi vida desde que nací, decidí hacerme cargo de la tortuga y buscarle un veterinario. Tras contactar con varios elegí la mejor opción debido a que vivo y trabajo en lugares diferentes. La Clínica Veterinaria Ramón y Cajal de Cartagena. Hay que agradecerles la genial atención con el animal, limpiándole con suero los agujeros, inyectándole antibióticos y finalmente con una operación quirúrgica en la que el animal tenía un riesgo. Pero afortunadamente todo salió bien y se le pudo levantar un trozo de caparazón que tenía hundido, al tiempo que cerrar esos agujeros. La tortuga tardó bastantes días en comer, pero ahora se alimenta de varias cosas (especialmente carne) y va hacia delante. Con el tiempo, el caparazón se le regenerará y se hará más duro. También pienso que sería recomendable añadirle una pequeña pastilla de calcio a su piscina.
La verdad es que Gala lo ha pasado muy mal. Ha estado muy triste y recuerdo cómo me miraba y con qué carita los primeros días. Por el momento se quedará en nuestra casa... y ya tenemos dos galápagos. Quizá son multitud y no descarto entregarla a alguien cuando esté recuperada del todo y por supuesto teniendo la seguridad de que esa persona la trataría bien. Que no cometería el acto imperdonable de abandonarla. Posiblemente aquél dueño la metió en el patio para ver si el vecino se la quedaba. Pero no se puede cometer esa irreponsabilidad. Como lo que le sucedió a un ex jefe mío al que le lanzaron a su jardín una tortuga desde el otro lado del muro, chocando con el suelo y rompiéndole el caparazón. Hace falta ser HDP. La casualidad afortunada fue que él cuida a varias tortugas y se hizo cargo de ella, llevándola también al veterinario.
Poco más tengo que añadir, sino mi felicidad por haber salvado la vida de este animal gracias al veterinario (reiterando mi gratitud) y remarcar mi absoluta condena al abandono de animales.
2 comentarios:
Hola maravilloso articulo!! UNA PREGUNTA URGENTE; mi tortuguita de orejas rojas (es pequeño no mide mas de 5cms) se quedó inmóvil esta tarde, no mueve las patitas ni entra la cabeza. Teniendo en cuenta la posibilidad de que este muerta, ya que aún mantiene los ojitos semi abiertos, pero al tocarlos estos no generan reacción alguna frente a ningún estímulo. Que posibilidades habría de que una tortuga de estas características este hibernando, aun con los ojos semi abiertos, es posible?? SALUDOS y abrazos ! espero su pronta respuesta.
Hola, gracias por su comentario. Siendo tan pequeña sólo estaría hibernando si las temperaturas han descendido por debajo de los 10 grados. Ahora bien se recomienda no permitir que hiberne al ser tan pequeña y necesitaría calefacción para evitarlo. De cualquier manera, un veterinario que la observe le podrá dar un diagnóstico acertado de su estado y si necesita algún tipo de cuidado especial.
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