Nuevo domingo y nuevo post. Pero esta vez con una distinción bastante considerable. Y es que mientras esta entrada es publicada, me encuentro a nada menos que 2.531 kilómetros de mi casa, en la ciudad británica de Manchester. Y es que después de 50 días, tocaba hacer una vistilla a mi novia que se encuentra de estancia temporal por motivos de trabajo. Menos mal que ya queda menos para que acabe, pues ya se sabe que cuando se está acostumbrado a verse casi todos los días, cuando llega un momento que hay que se acumulan muchos días la nostalgia se agiganta. Pero por supuesto que llega el momento del reencuentro. Hacía mucho, mucho tiempo que no salía al extranjero. Concretamente desde 1998. Eso sí, por primera vez piso territorio inglés y tampoco estaba mal que buscara algo sobre los monumentos más relevantes y pintorescos de esta gran ciudad.
La Catedral se sitúa en el centro de la ciudad, aunque en el medievo se trataba de la iglesia de Santa María. Ha sufrido muchas remodelaciones debido a que fue muy dañada por bombardeos alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, conserva gran parte de su estructura original y ello ha favorecido sus restauraciones. No es una catedral demasiado grande, destacando en su exterior su única torre de tamaño rectangular, sus jardines, la nave central y el acceso al coro. En su interior puede apreciarse toda su belleza gótica y en ese sentido tiene poco que envidiar a las de mayor tamaño.
The Printworks es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Se encuentra también en el centro y en su interior se halla una mezcla original de oficinas, restaurantes, exposiciones culturales, cines, otras zonas de ocio y por supuesto de compras. Sin duda es una oferta para pasar largas horas, muy superior a los típicos centros comerciales que abarrotan nuestro país y además con un ambiente más íntimo, a media luz en el pasillo por el que atravesamos de una entrada a la otra. Los madrileños seguramente se acordarán de los edificios históricos de la Gran Vía al contemplar su majestuoso exterior.
El Ayuntamiento es un impresionante edificio histórico de estilo neoclásico que fue terminado en 1887, en plena época de la revolución industrial. El simbolismo que tiene es precisamente indicador de la riqueza y poderío de la ciudad en aquellos tiempos, siendo la segunda más próspera económicamente de todo el Reino Unido después de Londres. Eso sí, las visitas al Town Hall se restringen a los días de lunes a viernes.
Los Jardines de Piccadilly reciben ese nombre porque están al lado de la estación de tren del mismo nombre. Tiene muy fácil acceso, ya que desde allí parten muchos tranvías que conectan con toda la ciudad. Aparte de contar con una zona de compras y restaurantes, es un punto muy habitual de aglomeración de turistas, que aprecian sus enormes espacios verdes. De esto tampoco tenemos en España... Quizás lo que más llamará la atención a algunos es que se encuentra allí un centro Primark de nada menos que cuatro plantas.
Cerca de Piccadilly se haya Oldham Street, que no es sino el barrio bohemio y que representa una explosión cultural alternativa y diferente a lo clásico. Está abarrotado de comercios, algunos de ellos artesanales y otros donde se pueden encontrar objetos antiguos. También existen restaurantes exóticos.
El Edificio Urbis es una majestuosa construcción, acristalada y de cinco plantas, que está justo enfrente del Printworks. En su interior es un museo que también cuenta con interesantes exposiciones artísticas que son absolutamente gratuitas. Actualmente ha sido reconvertido a Museo nacional del fútbol, con exposiciones de camisetas, balones, cuadros, material audiovisual y juegos.
Y para terminar, aunque quedarían muchos lugares interesantes por visitar, está el Mosi. El Museo Nacional de Ciencia y Tecnología. Lo mejor son sus edificios adyacentes, en los que podemos observar desde máquinas de vapor y motores de la época de la revolución industrial hasta aviones antiquísimos. La entrada es totalmente gratuita. En fin, no sé si nos dará tiempo a ver todos estos edificios y construcciones simbólicas, pero lo cierto es que habrán sido unos días inolvidables.
Saludos desde Manchester.
2 comentarios:
La verdad es que, cuando te acostumbras a ver a alguien todos los días, el que se separe de tu lado (aunque sea temporalmente) se hace muy duro, y más, cuando sabes que está tan lejos, como en tu caso.
Cada día que va pasando es un día menos que queda para su regreso y, como aquel que dice, los meses se pasan volando.
Por lo que comentas, Manchester tiene que ser una ciudad digna de ver y visitar, así que lo anoto en mi agenda por si alguna vez se me diera la oportunidad de viajar.
Un saludo.
Uff desde luego! ahora la echo más de menos que antes, pero ha sido un viaje estupendo y muy bonito.
De estos sitios, hemos visto la mayoría. La Catedral no es para tanto, impresiona desde fuera pero por dentro es más sobria y humilde.
El Printworks es una delicia, con un hard rock café muy cuco. No tiene nada que envidiarle al gigante centro comercial Arndale, justo al lado.
Visitamos también la galería de arte, cuatro pisos con muchas exposiciones de todas las clases. Muy recomendada.
Aún así nos faltó ver el MOSI, el estadio de fútbol o el barrio bohemio, pero sí que pudimos ver el bonito barrio chino que está cerquita de los jardines.
Todo lo bueno se acaba, pero espero poder disfrutar pronto de otro viaje al extranjero :)
Saludos.
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