martes, 25 de diciembre de 2012

Mis personajes (II): Petrucoman

Lo prometido es deuda y en esta ocasión cuelgo algunas viñetas propias del personaje de Petrucoman, superhéroe que protagonizase dos aventuras largas de mi creación. Desde 1995 dejé de guionizar y dibujar historietas del detective Manuel Mc Arron, para pasar con un personaje que vendría a ser una mezcla de Superlópez, Pafman y evidentes influencias del Dr. Slump, Sonic y Power Rangers. Aunque hubo alguien que me llegó a decir que tenía también de Son Goku. En fin, Petrucoman es el alter ego de Pedro Lechúguez, un simple labriego de pueblo que se cuela en la central nuclear del Pepinillo, a las afueras de Madritrópolis, y no logra escapar de una explosión que se produce en la misma. Sin embargo, no sólo sobrevive sino que adquiere poderes gracias a unas radiaciones y además se vuelve más inteligente de manera que pasará a formar parte de la redacción de un periódico. Es el argumento inicial de la primera aventura, titulada La historia de Petrucoman. Comenzé a dibujarla en 1994, tras el verano. Pero como no me gustaba tal y como la llevaba, decidí reiniciarla en invierno y la finalicé en marzo de 1995.

Pronto pasará a conocer a sus enemigos, que son básicamente unos malandrines contratados por el siniestro Doctor K. Un siniestro encapuchado que recuerda mucho al Enmascarado Negro de Pafman y goza de poderes de levitar objetos. Su guarida se halla en el espacio y pretende recaudar un millón de pesetas por cabeza o de lo contrario enviar a sus compinches para que conquisten la ciudad. De esta manera, nuestro héroe se irá enfrentando a malvados como Acabator III (parodia de Terminator), Galantixman (un extraño personaje vestido de etiqueta que se convierte en un gigantón), Mr. Flash (un graciosillo que canaliza energía eléctrica y le encanta gastar bromas pesadas), el Coso (un monstruíto que adopta cualquier forma) y el inquietante Jimmy Bones, un experto en artes marciales con cabeza peluda y de toro que tiene el poder de adivinar el pensamiento y con ello los movimientos de su rival. En medio de todo esto, se meterá por medio un personajillo casual con la intención de televisar los combates de Petrucoman y aumentar la audiencia de su canal. Muy parecido a Valerio Lazarov, pero con la mala suerte de recibir siempre estopa.


La aventura da un vuelco importante en un capítulo en el que Petrucoman es derrotado por el Dr. K (gracias a que se apodera de un robot gigante) y la ciudad es conquistada por el malvado que se autoproclama Presidente del Gobierno. Pero todavía tendrá una carta guardada nuestro superhéroe, contando con la ayuda de la Patrulla H formada por Lobito (Lobezno), Guillermina (Jean Grey), Bestiajenko Burradaman (una especie de Conan) y Cabeza Níspero (una cabeza gigante con patas). No cuento más de un sorprendente final, en el que sí es cierto que el Dr. K termina fugándose, vivito y coleando pero prometiendo venganza. A diferencia de otras aventuras, esta terminó siendo de 50 en vez de las clásicas 44.

La segunda aventura tardó mucho tiempo en realizarse. Tanto que era ya universitario y con una carrera ya terminada cuando en el verano de 2002, camino a la Licenciatura, me animé e hice dos capítulos. Sin embargo ahí se quedó hasta que reanudé la historia en los últimos meses de 2004. Titulada El regreso de Petrucoman, el argumento inicial planteaba la búsqueda de unas llaves y una caja milenaria por parte del planeta Kutrón, sometidos al yugo del planeta Horrendis. En esa caja encerraron al Padre Kutrón, el dios del planeta. Al descubrir que tanto las llaves como la caja se encontraban en la Tierra, un grupo de cutronienses recibe el encargo por parte de Brunos Putrefactis, el comandante: Polígonus (el líder, con forma parecida a un diábolo), Marcus (un demonio con alas de ángel y sombrero de copa), Viej Ales (un anciano que cuando siente ira se transforma en demonio y está un poco salido al estilo del Genio Tortuga de DB), Grñiak (un loro que habla) y Jimmy Bones, que en la anterior aventura había desaparecido sin dejar rastro. Estos cinco conforman la cuadrilla del Cometa Aguamarina.


En fin, mientras tanto Petrucoman estaba enamorado de su secretaria Sara Pómez, pero esta no le hacía ni el más mínimo caso. Los problemas comenzarán cuando los extraterrestres secuestran a la secretaria al descubrir que un colgante que portaba es una de las llaves y se la traga en un descuido. Petrucoman perseguirá por todo el mundo a los aliens, pero aún existe otro problema más: Paco Frilla, un robot muy "pesao" encargado por el Dr. K, aficionado a hablar usando rimas y a transformarse en animales, personas, etc. Confusiones, tropiezos, peleas, discusiones y desventuras en este juego a tres bandas tendrán lugar por la selva del Amazonas, el Tibet, el desierto de Gobi, el Océano Atlántico... hasta que la historia da un nuevo vuelco cuando es secuestrada Sara Pómez por encargo del Dr. K. Será entonces cuando Petrucoman tenga que aliarse con los alienígenas para volver a derrotar a los mismos compinches de la aventura anterior. Un nuevo final sorpresa, con la apertura de la caja y la liberación del Padre Cutrón, pero que renuncia a la guerra y abraza la paz. Una conclusión feliz, pero nuevamente con el Dr. K que se escabulle como siempre.

¿Para cuándo la tercera parte? Creo que no va a ver la luz. Tan sólo llegué a esbozar unas breves líneas del planteamiento, en el que el hijo de Petrucoman y Sara Pómez sería secuestrado. Pero lamentablemente no tengo la imaginación de antes, por lo que la finalización de esta aventura es hoy por hoy mi última experiencia en el cómic. En estos momentos no gozo ni de esa creatividad, ni de tiempo ni tan siquiera de ganas. Pero por lo menos sí que era bonito recordar estos personajes y mis dibujos.

4 comentarios:

Juan A. Ros dijo...

Ya tenía ganas de disfrutar con esa segunda entrada dedicada a tus propios personajes.

Resulta siempre curioso ver estos primerizos trabajos realizados en nuestra más tierna infancia, en donde la imaginación y las ganas de llenar páginas y más páginas campaban a sus anchas.

Raw dijo...

De lo que más me alegro es de que conservo las dos aventuras íntegras y desde luego doy mi palabra de honor de que las voy a conservar toda la vida.

La ilusión de ir terminando capítulos, colorear las páginas y plantear el guión del siguiente... indescriptible, de verdad.

Unknown dijo...

Oye, a ti también se te da bien lo de dibujar. Estáis echos los dos unos artistazos.
Un abrazo fuerte.

Raw dijo...

Quiá! que vá xD las que muestro en este post son historietas de simple aficionado que al menos estaban más presentables que las que hice al principio. Me lo pasaba super bien organizando los capítulos y los gags, eso sí.