jueves, 5 de enero de 2012

Juan Muñoz Martín, el cuentacuentos

En esta época dominada por Internet y las nuevas tecnologías, es un hecho constatable que la lectura de libros se ha reducido considerablemente y sobre todo, para mayor desgracia, en la infancia. Sin embargo aún sigue existiendo buena literatura infantil y gracias a editoriales como SM con su famosa colección ‘El barco de vapor’. ¿Quién no se acuerda de estos libros? Unos más largos que otros y con un color en la portada identificado la edad a partir de la cual era recomendada. Los naranjas de entre 6 y 12 y los rojos a partir de 12. Verdaderamente disfruté mucho con estos libros en mi época del colegio y quería dedicar este post a un autor que hoy día sigue con nosotros: Juan Muñoz Martín (Madrid, 1929). Estudió Filología Francesa y es autor de múltiples obras de literatura infantil que han sido constantemente reeditadas llegando a superar los dos millones de ejemplares. Se trata de una persona a la que muchas generaciones, entre ellas la mía, tenemos que agradecerle las sonrisas que nos han despertado sus novelas y más aún la afición a la lectura.

Sus dos obras más famosas, que dieron origen a sagas, son las aventuras del Pirata Garrapata y Fray Perico. Pero también son dignas de mencionar Las tres piedras (1967, la primera obra), Caralampio Pérez, Los trece hijos brutos del rey Sisebuto, Baldomero el pistolero, El diplodoco Carioco, Los casos del comisario Ricart, las tres carabelas, El libro de los prodigios, Cuentos de risa de la Tía Felisa… hasta 2007 ha estado escribiendo libros y cuentos para niños, toda una figura en este campo. Un buen humor impreso en todas sus páginas, unos personajes con nombres graciosos y contínuas referencias a cuentos, refranes o leyendas infantiles populares son claves de su éxito. Pero echemos un breve vistazo a los libros más populares que hemos señalado.



Fray Perico y su borrico es el primer libro (1979) de una saga que, ambientada en el siglo XIX nos relata que un día se presenta un señor en un convento de franciscanos en Salamanca solicitando ser fraile y vivir con ellos. Pese a ser un poco torpe, le aceptan. Como se aburre allí decide comprarse un burro, con el que vivirá un montón de aventuras y revolucionará la vida del convento. Se terminará convirtiendo en su mejor amigo. Otra nota de interés es que es capaz de hablar con una estatua de San Francisco de la iglesia. En esta novela se expone el contraste entre la seriedad y dedicación exclusiva al culto de los frailes del convento y las escenas humorísticas provocadas por el recién llegado, de carácter inocente y más desenfadado. Precisamente será Perico quien hará conocer a sus nuevos compañeros la felicidad que tanto habían olvidado de dedicar en exclusiva su vida a rezar. Y es que la moraleja es esa, que en la vida no hay que tomárselo todo en serio. Es corta y merecer la pena reír y pasarlo bien. Hasta ocho nuevos libros protagonizó este personaje (En la guerra, Montpetit, En la paz, Calcetín y el guerrillero Martín, La primavera, La Navidad y Fray Perico de la Mancha).



El pirata Garrapata no responde realmente a la típica descripción de un feroz pirata inglés, al menos en su carácter y temperamento bondadoso, pero sí en su aspecto físico de parche, garfio y pata de palo. Junto con su amigo Carafoca se embarcan en una aventura encomendada por Lord Chaparrete en un barco llamado El Salmonete. No puede faltar la dama de rigor, Floripondia, de la que se enamora nuestro prota. Como tampoco la tripulación, que es digamos, “convencida” para que participase en la aventura (o sea, secuestrada). Durante el libro vivirán muchas aventuras y conocerán a nuevos personajes como el malvado Comadreja y el no menos Pistolete, ex de Floripondia. El humor gira en torno a lo absurdo y surrealista y al de juegos de palabras, que sin duda hará las delicias tanto de niños como de no tan niños. Fue escrito en 1982 y tuvo ni más ni menos que 13 nuevos libros: En la India, En Japón, En los países subterráneos, En Roma, En la Luna, en China, en Pekín y el mandarín Chamuskín, En la ciudad perdida de Pekín casi pierde el peluquín, En África, En tierras de Cleopatra, Llega a pie al templo de Abu Simbel, Es farón en tiempos de Tutankamón y En el Museo del Prado.

Según el autor, la creación de un personaje o una historia no implica una inspiración repentina. Es más bien un proceso de ideas, lecturas, reflexiones e incluso canciones, que sugieren al autor un tema determinado en muchas ocasiones recurriendo a una parodia graciosa. En una entrevista, el autor reconoce la importancia de la lectura en los niños y, a pesar de que ve muy positiva la introducción de las nuevas tecnologías, advierte de la necesidad de que desde los gobiernos se aplique una política educativa sensible con el fomento de la lectura en la infancia. Y no es para menos, porque desgraciadamente en este siglo XXI ha caído en picado la afición a la lectura, ya sea por falta de interés o por la existencia de factores alternativos de ocio. Pero gente como Juan Muñoz Martín ha contribuido y sigue de hecho contribuyendo a que la infancia aún no pierda la ilusión y la curiosidad de leer, aprender moralejas y divertirse. Gracias Juan por todo tu trabajo y por ser tus libros una pequeña parte de mi infancia que recuerdo con nostalgia cuando miro los estantes siendo ya un adulto.

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