Existen concursos en la televisión muy originales y/o populares, algunos de ellos se alimentan de una audiencia inmensa mientras que otros son flor de una temporada y luego desaparecen en el olvido. Es un caso muy distinto a todos el de Saber y Ganar, un quiz show emitido por La 2 de Televisión Española (y desde el Canal Internacional) desde el 17 de febrero de 1997, de manera ininterrumpida y cogiendo vacaciones aprovechando el clásico Tour de Francia. Su creador es Sergi Schaaff y el presentador siempre ha sido Jordi Hurtado, que ya presentara en los años ochenta el programa ‘Si lo se no vengo’ con la voz en off de Juanjo Cardenal, que también interviene realizando la mayor parte las preguntas a los concursantes durante cada programa. La azafata es Pilar, también presente desde el inicio y las sintonías musicales, están compuestas por Víctor Martín. En definitiva se trata del concurso más longevo de la historia de nuestra televisión y que con más de 14 años lleva más de 3.000 programas, lo que es un índice de la gran aceptación entre la audiencia y su fuerte fidelidad. Con este post quiero hacer un homenaje a este gran programa, que se emite sobre las 15:35 de lunes a viernes.
Cada día tres concursantes compiten para responder correctamente a preguntas de cultura general (aunque predominan las de ciencias sociales y artísticas) en diversas pruebas. A lo largo de todo el tiempo existen algunas que prácticamente han estado siempre presentes y se han convertido en un clásico, mientras que otras se fueron introduciendo más adelantes. La básica es la de ‘Cada sabio con su tema’, en la que cada uno elige un tema de entre varios disponibles y responde a una batería de preguntas que hace Juanjo, acumulando 20 € por respuesta correcta. Sin embargo desde hace poco tiempo ha sufrido una importante modificación, transformándose en un tipo test de dos respuestas alternativas. Esto a mi juicio hace muy fácil la respuesta o bien no determina que la persona se lo sepa si acierta, pues puede ser que lo adivine por pura casualidad. Un error en contra de aquellos que saben mucho más que otros pero una posibilidad de ganar algo de más dinero.
La Pregunta caliente es siempre de alto interés. En este caso, el concursante no debe responder a la pregunta (salvo en la primera que se hace), sino decidir a qué compañero le pasa la responsabilidad de contestar. De acertar éste, le tocaría pasar la siguiente “patata” y de fallar rebotaría al otro antes de regresar al primero. A mi juicio en esta prueba se demuestra mejor quién sabe más del grupo, pues ni hay elección del tema ni sabes si cuál puede tocar, de una batería de 10 preguntas. La emoción la protagoniza el que el último clasificado pase a una prueba para evitar la eliminación, denominada ‘El reto’. Allí debe acertar siete palabras en las que sólo se conocen las tres primeras letras y se escucharán definiciones aleatorias de cada una, en menos de 50 segundos. Es sin duda la prueba que mayor expectación causa, en la que la audiencia permanece en vilo sobre todo cuando llegan los grandes campeones de los más adelante hablaré.
El duelo está protagonizado por los concursantes que han evitado pasar al reto. En este caso lo que se evita, actualmente, es llegar a la prueba de La calculadora humana, en la que si no resolvieran de cabeza siete operaciones matemáticas en 30 segundos perderían todo el dinero acumulado en el programa del día. En 'el duelo' deben responder dos preguntas, teniendo tres respuestas alternativas. Anteriormente a conocer las respuestas deberán de apostar una cantidad, que caso de acertar se le restará al oponente la mitad o de fallar lo perderán ganando el rival la mitad. Se parece a la primera prueba en que se puede elegir tema de un total de cuatro. La última novedad tras esta prueba fue ‘La última llamada’, en la que se realizan seis preguntas y se dan las seis respuestas desordenadas. Participan los tres concursantes y se pueden alterar las tornas.
En cuanto a la prueba final, a la que se enfrentaba el ganador del programa, en sus inicios era ‘La superfrase’, en la que tenía que acertar las dos palabras que faltaban. Lo malo era ver la actitud de Jordi demasiado nervioso y contagiando al concursante. Posteriormente vino ‘La última pregunta’, en la que se le daban cuatro opciones al concursante. Si iba fallando, el premio se reducía hasta quedar desierto si fallaba 3 veces. Pero no convencía y fue sustituida por ‘La parte por el todo’, mi prueba favorita y yo creo que de la audiencia en general. En teoría sólo respondía el ganador del duelo o de la última llamada, pero más adelante se permitió que los otros concursantes intervenieran si el primero erraba. Esta prueba puede tratar en adivinar una respuesta a partir de una pequeña pista como una frase, una canción, un fragmento de un cuadro, un acontecimiento de su vida… De no acertar se acumula diariamente un bote, aunque con el paso del tiempo es posible que Jordi Hurtado pueda dar algunas pistas. Desgraciadamente esta prueba se modificó y se estableció un límite de 7 días para dar la respuesta correcta. A mi juicio ese cambio ha restado la emoción que siempre había causado. En los foros, como el foro no oficial de Saber y Ganar esta prueba hace furor.
Y desde el principio Saber y Ganar ha premiado a los mejores concursantes. Todos aquellos que han superado la cantidad de un millón de pesetas o 7.000 euros se han convertido en Magníficos, pudiendo asistir en febrero del año siguiente a la consecución de esa marca a unos programas especiales para elegir al mejor concursante del año, que recibiría el premio de reengancharse al programa habitual. Sin embargo existen algunos muy especiales, que son los denominados Excelentes. Son grandes campeones que han estado el tope máximo de programas que son 100. De momento lo han conseguido nueve, pero sólo dos de forma ininterrumpida. El primero fue José Manuel Dorado, de Zaragoza, el 4 de octubre de 2001 y el segundo Víctor Castro, de Madrid y residente en Arosa (Pontevedra) que lo alcanzó el 1 de junio de 2011. El programa número 100 es muy emotivo, ya que es un homenaje al concursante en el que sólo participa él, con algunas pruebas sorpresa como familiares preguntándoselas, baterías de preguntas que falló durante los programas y por último el Minuto de oro, en el que da sus agradecimientos. En 2010, tras el programa 3.000, se anunció la sorpresa del retorno de 50 concursantes que, por una razón o por otra, dejaron huella en el programa.
El éxito del programa, que aparte de por su continuidad también se ha demostrado en la consecución del TP de Oro y del Premio de la Academia de Televisión en 1999, se basa en que ha sabido adaptar muy bien la continuidad del espíritu del concurso con pequeñas modificaciones en las pruebas y en las reglas de las mismas, al margen de nuevos escenarios que le dotasen de un mayor dinamismo visual y por ser un programa de contenido cultural muy alto, en el que se puede aprender muchísimo. Jordi Hurtado conectó fácilmente con la audiencia desde el primer momento y su peculiar humor y estilo de presentación le han convertido también en un clásico, imprescindible en el programa. Si bien durante un tiempo Saber y Ganar ha perdido algunos aficionados, tarde o temprano han terminado volviendo y reenganchándose de nuevo. A mí me ha pasado y es que este es uno de los pocos programas que merece la pena ver de las tediosas sobremesas de cotilleo sin sentido de los otros canales.
Finalmente hago referencia a la disparatada leyenda urbana que sugería que Hurtado estaba muerto y que utilizaban escenas de otros programas o un doble, bromeando sobre que pasaban los años y no envejecía. Otras versiones más surrealistas apuntaban a que era un robot o incluso inmortal. La gente, que se aburre…
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