viernes, 21 de octubre de 2011

La chapuza convertida en arte

Cuando hablamos de cine de culto tenemos que advertir que se trata de un concepto amplio que engloba a aquellas cintas que cuentan con un pequeño grupo de devotos seguidores o que a pesar del paso del tiempo existe un grupo de simpatizantes que aunque pequeño son adoradores del film. En ese conjunto se encuentran determinadas películas de Serie Z, de ínfimo presupuesto. Son cintas tan pésimamente realizadas tanto en su guión como sobre todo en sus efectos especiales que llegan a considerarse una referencia en el mundo más freak. Es decir, que de lo malísimas que son, se convierten en buenas y hasta admiradas. Me parece, por tanto, interesante comentar este tema y hablar acerca de algunas de ellas. Son básicamente películas que pasaron con más pena que gloria en su día y que ya tienen un tiempo, pero que con el paso de los años su condición de ser tan sumamente mala le ha revalorizado. Existen muchas más de las que creemos, pero hablaré de las más destacadas por su popularidad o especial cutrez. Y es que un puntillo retro acompañado de frikismo a raudales en el fondo nos encanta. ¿O no?

Empezamos con un clásico como Plan 9 del espacio exterior, una película de ciencia ficción considerada por muchos críticos como una de las peores de la historia. Fue dirigida en 1956 por Edward D. Wood con un presupuesto de tan sólo 60.000 dólares y resultando ser un fracaso total de taquilla. Lo más sorprendente es que el protagonista, el inolvidable Béla Lugosi, murió antes del rodaje (que duró menos de un mes) y aprovecharon escenas suyas en otras películas, contando con otro actor en escenas propias y tapándole de alguna manera la cara. Pero ello no impidió que se notara claramente la diferente constitución. La cinta trata de que unos extraterrestres convierten cadáveres en zombis como represalia a que los humanos ponen en peligro a la galaxia con sus guerras y bombas atómicas. Eso sí, los aliens llegan en platillos que son en realidad llantas de coche pendiendo de un hilo. Otros errores y chapuzas ostensibles son la cabina de la nave echa de cartulina, lápidas y cruces de cementerio de papel, cambios de modelo del vehículo policial durante el film, cambios perceptibles de día y de noche en una misma escena e incluso uno de los actores interpreta sus escenas leyendo un papel pegado en el suelo. Diálogos sin sentido y un cúmulo de despropósitos, puesto en escena por actores algo freaks. Veamos una escena en este enlace.



La siguiente entra dentro del subgénero de pelis de monstruos más falsas que las promesas de creación de empleo de los políticos. Se llama The Naked Monster y fue dirigida por Ted Newson realizada en EEUU en 1984, aunque no vio la luz hasta 2005. Básicamente es la historia de una criatura gigante de tres ojos que surge del deshielo y llega a la ciudad a liarla. El Sheriff tendrá que pensar estrategias y maneras de cargárselo, como la brillante idea de llamar al gobierno de Japón y pedirles prestado a nada menos que Godzilla, que en realidad es un muñecajo de plástico que a los 3 segundos es puesto fuera de combate por el monstruo desnudo (manda narices la traducción). De efectos especiales cero, pues se utilizan varias escenas de... ¡otras películas de los años sesenta! Sí, sí, a modo de corta y pega. Un guión absurdo, monstruitos de pacotilla, coches y avioncitos de juguete o de cartón, maquetas de escenarios a tutiplén, disfraces ostensibles, interpretaciones de pena... La serie de Ultraman se queda corta. Para ir abriendo boca podemos ver esta escena. También Podemos ver el trailer en este vídeo. Atención al momento "peo". No nos la podemos tomar en serio, porque es una tomadura de pelo de principio a fin.



Rock’n Roll Nightmare, traducida en España como 'Al filo del infierno' es un subproducto de ¿terror? canadiense de 1987. Dirigida por John Fasano, es protagonizada por varias estrellas de heavy metal, lo que ya de entrada nos hace sugerir que está llena de música, que todo sea dicho es de buena calidad. Respecto al argumento, los Tritons son un grupo metal que tras llegar a un caserón son tentados por fuerzas demoníacas con la promesa de ganar fama y se transforman en seres diabólicos. El líder de la banda, esto es, el bueno de turno, tendrá que enfrentarse a ellos y a ese mal. Las muertes se irán sucediendo una tras otra. Esta cinta pasó directamente a video y lo más hilarante es que fue rodada en sólo 7 días, con un grupo de colegas del director. Con ese tiempo y el bajo presupuesto se explica que nos encontremos con muñecos, unos efectos especiales lamentables y unas escenas tan ridículas que llegan a sorprender de su realización tan grotesca. Especialmente destacable es el momento de la lucha final, que va más allá de los límites de lo lamentable en interpretación y realización y podemos ver en este video. Y como ya he dicho no nos podemos perder su banda sonora metal ochentera.



Continuamos con Troll 2 (1990), de Claudio Fragasso. Se lanzó como secuela de otro película que no tiene nada que ver. El caso es que la puesta en escena es sencillamente horrenda. Tanto es así que es considerada como uno de los mayores bodrios jamás realizados para cine. Una familia estadounidense se traslada a un pueblo para encargarse de una granja. Pronto se darán cuenta de que todos sus habitantes son goblins, lo que no cuadra con el nombre de la película. El héroe de turno será el niño de la familia, Josh, que se enfrentará a la Reina Goblin con la ayuda de su abuelo fantasma. Las interpretaciones de los actores son penosas y sobreactuadas, esbozando unas muecas de terror que van más allá del patetismo, pero más bizarra aún es la caracterización de los goblins que parecen escapados de las carrozas de carnaval de mi pueblo. El guión también es inconexo y harto absurdo, como que ahora nos damos cuenta de que los goblins/trolls le tienen aversión a la carne y se les ataca con un sandwich de mortadela. Y es que supone que es una peli de terror, pero lo que provoca este infame subproducto son carcajadas. Un truñaco tan gordo que se convierte en obra maestra. Y si queremos ver la catalogada como la peor reacción de la historia del cine, sólo tenemos que pinchar en este enlace.


Y el golpe final, el fatality: en 2001 llegó Jesucristo Cazavampiros, dirigida por un tal Lee Demarbre y guionizado por Ian Driscoll. En este trailer se puede ver una muestra del disparatado argumento de una peli en la que el hijo de Dios vuelve a la vida y junto con María Magdalena y un tipo apodado "el santo" (un luchador mexicano enmascarado), lucha cual Chuck Norris contra una horda de vampiros que pretende sembrar el terror en el mundo. Una frikada total de película en la que pululan curas punkis que bendicen látigos, vampiras lesbianas, hordas de ateos que salen de un Seat Ibiza, un científico sádico, escenas musicales espontáneas, exhibiciones de barrio de kárate y de artes marciales... toda una serie de elementos surrealistas y liados sin orden ni concierto que junto con unas penosas interpretaciones y una fotografía paupérrima convierten esta cinta en un producto mega-freak. Una maravilla del infracine. Podríamos considerar que la visión y disfrute de este filme se recomendaría únicamente después de pillar una borrachera, porque nada de lo que ocurre tiene sentido alguno.

Estas y otras muchas más, que quizá otro dia recordaremos, en el fondo se convierten en entrañables y es que eso es lo que tienen las pelis que saben mezclar bien lo cutre y lo freak.

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