martes, 6 de septiembre de 2011

Spaceball: la loca historia de las galaxias

Vuelvo tras un tiempo a hablar de cine de humor para referirme a una simpática parodia, que huye de las bazofias actuales protagonizadas por las Movies. Se trata de quizá la mejor película del histórico Mel Brooks, creador de la famosa serie Superagente 86 (de la que segurísimo hablaré en este blog tarde o temprano) y que sigue con nosotros a sus 83 años. Estoy hablando de Spaceball, versión cachonda de Star Wars que en España se tradujo con el nombre de ‘La loca historia de las galaxias’. Es complicado que una comedia reciba buena crítica y a mi parecer no entiendo lógico que un film por el mero hecho de ser humorístico sea atacado por algunos críticos. En este caso considero que se trata de una cinta que despierta risas e interés. Fue estrenada en 1987 y el guión es compartido por Brooks con Thomas Meehan y Ronny Graham. Inicialmente se presentó como parodia de la Guerra de las Galaxias, pero incluyó hilarantes referencias a Star Trek, el Planeta de los simios, Alien y también películas de otros géneros como El puente sobre el Río Kwai, Acorralado y el mago de Oz.

La historia se sitúa en el planeta Druidia, en el que se va a celebrar la boda entre la princesa Vespa (Daphne Zuniga) con el príncipe Valium, un aburrido que duerme más que otra cosa. Decide escaparse junto con su robot Dot Matrix. A todo esto, el rey Roland (Dick Van Patten) se pone en contacto con el aventurero Lone Starr (Bill Pullman) y su ayudante Vomito Burf (John Candy) para que encuentre a su hija. Ambos aceptan debido a que necesitan una fuerte cantidad de dinero para pagar una deuda con el delincuente Pizza el Hut (Dom DeLuise). Desafortunadamente para Vespa, será su nave capturada por el malvado Lord Casco Oscuro (Rick Moranis, el mismo de Cariño he encogido a los niños). El coronel Sandur (George Wyder) es el subordinado directo de Casco Oscuro. El presidente Pol, del planeta Spaceball, aprovechará la captura de la princesa para chantajear a Druidia y quedarse con todo el oxígeno, que es consumido por Spaceball como si fuera una especie de droga. Lone Starr y Vomito tendrán que enfrentarse a todo un ejército, pero contarán con la ayuda del maestro Yogurt y… ¿la fuerza? No, la suerte. Por cierto que los dos últimos personajes son interpretados por Brooks, que siempre le encanta participar también como actor.

De los personajes, los que más risas despiertan son sin duda los malos. Especialmente Dark Helmet, el siniestro líder del ejército de Spaceball que tras su casco grotesco (que existe también una versión para el desierto) esconde un cuerpo bajito e incluso lleva gafas. Es muy mandón a la vez que malvado. A destacar el gag del principio, que es recordado varias veces de forma muy eficaz. La interpretación de Moranis es muy buena y no en vano es un actor experimentado en comedias. El presidente Pol también es un puntazo, desde el saludo que le dedican que es en realidad un corte de mangas hasta el gran número de veces que le abren una videoconferencia en los momentos más inoportunos. De los buenos destaco a Vespa, una chica tan rebelde como delicada que tiene menos miedo a la amenaza que los propios héroes. Yogurt tiene también su gracia, muy bien caracterizado al estilo Yoda y además será el revelador de un secreto muy importante. En cuanto a los doblajes no olvido al de Vomito por el gran Jordi Estadella, fallecido el año pasado. Curiosamente también ha muerto John Candy, aunque en su caso fue en 1994. El resto de los actores viven.


Existe un buen número de escenas memorables, muchas de ellas como ya hemos mencionado aluden a películas, pero de una forma tan chocante como simpática. Existen por supuesto gags propios como el de la “velocidad absurda”, uno de los más descacharrantes e inolvidables. También es muy bueno el que podríamos situar en el epílogo del filme, cuando los protagonistas llegan a un bar a cenar. Pero de igual forma, los diálogos están llenos de humor, chistes absurdos y juegos de palabras, que a los fans del cómic nos recuerdan poderosamente a Pafman, sobre todo llega el ejército de Spaceball al desierto para encontrar a Vespa y sus rescatadores. Por no hablar de cuando se confunden al atrapar a los héroes. ¿Se inspiraría Cera o bien Ramis en estas películas? No nos extrañaría.

Uno de los recursos que es explotado es el merchandising fingido, con el objetivo de parodiar el tremendo bombardeo que las películas, como Star Wars, introducen en el mercado. Veremos hasta toallas, sábanas, desodorantes y papel higiénico Spaceball. También existen varios gags que hacen referencia a que lo que están viviendo es una película, como una cámara que les graba en tiempo real. Ahí es cuando tiene lugar otro de los diálogos más inolvidables de la cinta.


En cuanto a los aspectos técnicos y vestuario, hay que tener en cuenta que la película es de finales de los ochenta, pero creo que son más que aceptables y aparte de la representación del espacio, hay que destacar cuando se presenta a la Space 1 (una especie de Estrella de la Muerte gigantesca) y qué decir de cuando se transforma en algo más útil para extraer el oxígeno de Druidia. También se resolvió con buenos efectos la pelea con las espadas de luz. La banda sonora está protagonizada por John Bon Jovi, lo que le imprime buenas dosis de rock “ochentero” estadounidense.

En definitiva, un film de unos 90 minutos de duración que asegura risas y entretenimento, pero sobre todo escenas, diálogos y frases que permanecen en la memoria. Una película de humor puede ser o bien burda y asquerosa como Date Movie o bien llena de gracia como La loca historia de las galaxias, que a mi entender es una de esas películas que los amantes de la comedia las recordamos con el paso de los años. Lástima que ya no se hagan películas de este calibre en el humor, de hecho esta cinta es junto con el Jovencito Frankenstein la mejor de Mel Brooks. Tiene otras obras como Las locas, locas aventuras de Robin Hood que ya son más bien flojitas.

1 comentario:

ElRinconDelTaradete dijo...

Le podiam haber sacado mas gracias a esta historia.