viernes, 17 de junio de 2011

Crisis social de la democracia representativa

El poder que tienen las redes sociales en Internet hoy en día no debe ser en modo alguno ignorado, no ya por la rapidez y sencillez en que podemos ponernos en contacto con gente de todo el mundo, sino también por la mayor difusión de la información (más o menos sesgada) y sobre todo por el enorme poder de convocatoria que pueden llegar a conseguir. La manifestación del 15 de mayo, transformada en una pacífica acampada que ha durado hasta el 12 de junio y organizada por la plataforma Democracia real Ya ha sido y es sin duda su expresión más enérgica. Realmente, cuando veía esos eventos por el Facebook y Tuenti, no imaginé que tendría tanto éxito y en muchas ciudades de España, especialmente en Madrid donde tuvo lugar la denominada ‘Acampada al Sol’, dado que tuvo lugar en la plaza de la Puerta del Sol. Con pancartas y cánticos, los manifestantes llenaron las calles para luego acamparse, exigiendo que los políticos trabajasen más por el pueblo, solucionasen la crisis y sobre todo, se acabara el bipartidismo clásico. No se trata, pues, de una iniciativa antisistema, sino una crítica constructiva a nuestra deteriorada política.

Y estas intenciones considero que son compartidas por una amplísima mayoría de la sociedad, lo que explica que haya sido seguido por muchísima gente de diferentes ideologías. Es triste que los políticos cobren tanto (y si no que pregunten en la Asamblea de Madrid) y no se esfuercen más por superar la crisis económica y apretarle las clavijas a los bancos, que junto con ellos han consentido que la división de clases sociales fuera más acusada. En una asamblea celebrada el 20 de mayo, expusieron una serie de propuestas en las que destacan: democracia participativa, reforma de la Ley electoral y la hipotecaria, Sanidad pública, desmarcarse de legislación europea en materia de educación (fuera Plan Bolonia), reforma fiscal suprimiendo paraísos fiscales y gravando transferencias internacionales, independencia del poder judicial, abolición de sueldos vitalicios de políticos, reducción del poder del FMI y BCE, total transparencia en las cuentas y financiación de partidos, condena de la corrupción e imputados en listas, acceso popular a los medios de comunicación, separación efectiva Iglesia y Estado, cierre centrales nucleares y promoción de energías renovables, nacionalización de bancos rescatados por el Estado y recuperación de empresas públicas privatizadas. Casualmente UPyD llevó en programa muchas de estas líneas, por cierto.

Con el tiempo hemos podido comprobar que además, para bien o para mal, las actividades del movimiento y las reacciones de todas las partes implicadas demuestran una más que evidente crisis de nuestra democracia representativa, pero es altamente preocupante el cariz de agresividad que ha tomado en ambos bandos. Recordemos los eventos más polémicos que han sucedido.


La policía es un estamento duramente criticado por manifestantes, pero también por la opinión pública por la dureza que emplea para disolver estos eventos. Terminaron las elecciones y hasta ahí todo normalidad, pero los “indignados” no se movían. La policía, con motivo de la previsible victoria del FCB en la Champions, el 27 de mayo intentó “disuadir” a la acampada para evitar que la aglomeración de gente ocasionara destrozos en mobiliario urbano o peligro de alteración del orden público. Las duras cargas policiales se saldaron con muchos heridos, pero ¿dónde está la línea que separa la necesidad de mantener el orden de la dignidad de las personas? Porque es penoso que golpeen a gente inocente que no hace daño a nadie. Eso no se puede consentir y ahí se equivocaron. Rubalcaba, candidato en la sombra a la presidencia del Gobierno por el PSOE, recomendó que se dejara a los “indignados” ejercer su derecho constitucionalmente protegido. UPyD e IU también apoyaron a los 300.000 integrantes de las acampadas. Todo esto reforzó la imagen del movimiento y la solidaridad de la sociedad con su lucha pacífica en sus primeras semanas.

Pero tras las elecciones y su resaca la verdad es que esto se ha desmadrado un rato. Sólo en Murcia pasaron estas dos cosas: El 25 de mayo, 80 personas irrumpen en las oficinas de la 7RM (la televisión pública autonómica) y leen allí un manifiesto por el que piden una información más plural y menos financiación pública. Que está bien, ¡pero menudas formas! Se ve que estas personas no se habían leído el artículo 18.2 de la Constitución Española. La Asociación Acampada en Murcia declaró que se desvinculaba de esta acción. El 6 de junio, en el Carrefour Zaraiche de Murcia, 42 personas intentaron llevarse carros de compra llenos de productos de primera necesidad sin pagar, así by the face. Básicamente colapsaron las cajas y pretendían obligar al gerente a entregar los productos a los más pobres, pero no fue más que una acción, en mi opinión, muy desafortunada y que sólo sirvió para desprestigiar a un movimiento con propuestas sociales y políticas vitales.


Así pues, el 12 de junio se levantan las acampadas, generando el descontento de los sectores más radicales. Pero señoras/es, el glamour vino el 15 de junio, precisamente cuando se cumplía un mes. En Barcelona nada menos que 2000 personas se concentraban en las inmediaciones del Parlament de Cataluña, donde se iban a votar los presupuestos. Primero el coche de Artur Mas fue acosado por un grupo de tal forma que tuvo que trasladarse… ¡en helicóptero! Y los que pudieron llegaron en furgones policiales, pero no se pudo evitar que los diputados fueran agredidos verbal y físicamente, siendo zarandeados algunos de ellos e incluso manchados sus trajes con aerosol. Incluso hubo diputados que del shock les subió la tensión y no llegaron a ir a la votación de los presupuestos. Ni que decir tiene que entre los Mossos y los “indignados” hubo otra vez leña al mono, saldándose el “affair” con 45 heridos el intento de bloquear el acceso a una Institución gubernamental catalana. Para colmo hasta intentaron robarle el perro a un diputado ciego.

La condena de Artur Mas fue enérgica, así como la de José Bono, ex ministro de Defensa que ha solicitado que la policía actué enérgicamente y use la fuerza, en contraste con Rubalcaba días antes. Fernando Savater, uno de los fundadores de UPyD, también rechazó rotundamente lo ocurrido en las inmediaciones del Parlament y la actitud violenta de los manifestantes.

Otra lindeza fue, en el mismo día, el zarandeo e insulto a Cayo Lara, coordinador de Izquierda Unida que había acudido a una convocatoria realizada en el madrileño barrio de Tetuán por la La Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Madrid (PAH). El objetivo era evitar que Anuar Kalli, un panadero libanés en paro, su mujer y su hija de quince años se quedaran sin hogar por no poder pagar la deuda contraída con el banco. Lo último fue que hasta le calaron de agua con una manguera. ¿Por qué se tienen que llegar a estos extremos? ¿Es necesario faltar al respeto y acosar a los políticos, agrediendo a sus derechos humanos?

Sin embargo también hay que volver a reseñar que Democracia real Ya también se ha desmarcado de estos actos violentos y los ha condenado, que para nada representan al movimiento y ha señalado que el acoso al Parlament fue orquestado por AcampadaBCN, un grupúsculo afín y de tendencias un tanto radicales de izquierda. Pero lo último que nos ha llegado es este vídeo que sugiere que la policía secreta puede estar infiltrada en las manifestaciones y detrás de las provocaciones que su vez causan las cargas policiales en Barcelona. ¿Es sólo una teoría conspirativa? Si es real, ¿lo hacen para cargarse el movimiento desde dentro? Y si es así, ¿quién tiene la responsabilidad de ordenar eso? Felipe Puig, Conseller de Interior ha sido duramente criticado, pero ha negado esas infiltraciones. Sin embargo, Albert Rivera, de Ciudadans de Catalunya, ha declarado que si esto es verdad está de acuerdo con que la policía se infiltre y que más que "indignados" son "delincuentes". Bien, a lo que vamos: el vídeo está subtitulado en catalán, pero es fácil de entender. No obstante, el grupo de personas que se aparta no realiza ningún acto de violencia expresamente, por lo que este documento tampoco puede demostrar con certeza que sean los que provocan. De ser así podrían ser expedientados y expulsados, por lo que es una cosa muy seria. El grupo de marras es escoltado (que no detenido) por los Mossos de escuadra, entre insultos proferidos por la masa manifestante desde antes de que se marcharan los "infiltrados":




Todas estas cosas llevan a pensar: ¿es el movimiento del 15-M tan heterogéneo como parece? ¿Existe algún tipo de unidad que lo mantenga fuerte frente a todos los grupos que lo integran? ¿Hay algunos de esos grupos que realmente no pertenecen a la Plataforma y se aprovechan de ella para liarla? Lo peor es que este tipo de violencia física y verbal, aunque lo hagan unos pocos, perjudica gravemente a su imagen. Y de nada vale contestar "es que no me representan". Lo que realmente pretenden es una democracia más auténtica, más cercana al ciudadano y lejana de los bancos. Pero ojo, debe percatarse primero que el enemigo lo tiene dentro: da igual que sean radicales o policías infiltrados, debe de organizarse mejor y no amparar en lo más mínimo concentraciones radicales, así como desmarcarse rotundamente de acciones caóticas, destructivas y anti-sistema como las de los últimos días. Estos movimientos sociales son muy populares, pero también deben trabajar en su buena reputación y en su unidad. Y los cuerpos y fuerzas de seguridad deben de detener a los violentos, pero nunca jamás ponerse a su altura. Ojo.

Finalmente, este domingo 19 de junio hay una manifestación para mostrar su rechazo al Pacto del Euro. Si se aprueba el próximo 24 de junio en el Parlamento Europeo, puede implicar recortes sociales por la exigencia de reducir el déficit público, aparte de incrementar impuestos del carburante e IVA (más todavía), financiar más a los bancos para que se recuperen (tiene gracia, con la culpa que tienen) y flexibilizar a las empresas, afectando a la negociación laboral (esto ya es más discutible). Nueva oportunidad para que discurra pacíficamente y esperemos que los liantes de turno no vuelvan a las andadas, pues cuando se hace daño a este tipo de iniciativas, flaco favor se le hace también a la democracia y a la lucha por mejorarla. Y no olvidemos la iniciativa popular de recoger 500.000 firmas para presentarla al Congreso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

15m = vagos