lunes, 1 de diciembre de 2025

La polémica de la baliza V-16

A pesar de que es algo que se conoce desde hace tres años, no ha sido hasta hace relativamente poco cuando se ha viralizado y extendido como la pólvora la obligatoriedad de uso de la denominada baliza V-16 para todos los conductores de España a partir del 1 de enero de 2026. Se trata de un pequeño artilugio que una vez activado un botón, tras un minuto emite destellos para su visualización y se conecta con la DGT para ofrecer la posición exacta del vehículo. Obviamente, colocarla en el techo no nos exime de tener que llamar a la grúa y en su caso a la policía si al margen de cualquier avería ha sucedido algún tipo de siniestro. Valga ante todo que en ningún otro país de Europa se va a imponer esto al menos de momento, pero no ha venido desprovisto de polémica.

Contexto normativo

La base normativa original es el Real Decreto 159/2021, de 16 de marzo, por el que se regulan los servicios de auxilio en vías públicas. En el mismo, que hay que que precisar que se trata de norma reglamentaria y no con fuerza de Ley, se incorporó la posibilidad de utilizar tales balizas como señal de previsualización ante averías o accidentes, equiparables a los triángulos tradicionales.

Un año y medio después es cuando el Real Decreto 1030/2022, de 20 de diciembre modifica el anterior y se definen criterios técnicos y de homologación para que las balizas se conecten a la plataforma de tráfico de la DGT a través de su geolocalización, aparte de establecer la transición definitiva de los triángulos a las mismas. Esto hizo modificar el Reglamento General de Circulación obligando desde el 1 de enero de 2026 a todos los vehículos salvo las motocicletas donde sería opcional aunque recomendable.

Homologación y características

Obviamente no vale cualquiera que podamos comprar en Internet, por lo que hay que estar muy al tanto de las posibles estafas. Lo mejor para conocer si el modelo que estamos interesados en comprar es apto o no es consultando en la página de la Dirección General de Tráfico y concretamente en este enlace, para verificar si el número del certificado está ahí. De hecho, podemos descargarnos la resolución correspondiente.

Básicamente los requisitos técnicos son visibilidad de 360 grados (en cualquier sentido de la autovía o carretera), alcance de hasta 1 kilómetro, al menos 30 minutos en funcionamiento intermitente de su y por supuesto geolocalización y conexión a la DGT 3.0. Las balizas llevan una SIM que transmite la ubicación o al menos eso se asegura. Llevan una pila incorporada que se recomienda testear como mucho cada 6 meses según se indica en el manual de instrucciones pese a que su vida útil es de 12 meses.

Argumentos a favor y en contra: preocupante desequilibrio

Básicamente los argumentos a favor son dos. Primero, la seguridad personal, es decir, evitar tener que bajar del vehículo para colocar a varios metros los triángulos con el riesgo de que algún despistado te atropelle pese a que lleves el chaleco reflectante.  Segundo, que permite informar a la DGT de la geolocalización en tiempo real para que conocida la posición del incidente se pueda gestionar el tráfico y realizar los avisos correspondientes al 112.

Sin embargo, las críticas son mucho mayores. Lo primero de todo es la INEXISTENTE campaña informativa por parte de la DGT y la tardía por parte de las televisiones, a poco de terminar el 2025. Y los segundo es la incongruencia de que los vehículos con matrícula extranjera no tendrán la obligación de hacerlo y podrán seguir usando los triángulos. Tan incomprensible como cierto, pero lógico porque la normativa nacional no puede imponer nada a vehículos extranjeros y menos una norma que ni tan siquiera emana del Parlamento español. Evidentemente, sí será aplicable a los vehículos de renting que contraten en España.

Por otra parte, no es menos palmaria la enorme variabilidad de precios que oscilan en más de 30 euros y proliferan muchos no homologados que pueden confundir a la gente. En otro orden de cosas, se reporta que no todos los modelos aseguran un funcionamiento de la batería de 30 minutos, que fallan en condiciones meteorológicas adversas o en zonas rurales y túneles donde pierden conectividad, que algunos imanes no se sujetan bien en carrocerías no metálicas o con suciedad y finalmente hay mucho debate sobre el tratamiento de datos, sus fines y garantías de privacidad por la transmisión de la ubicación si bien la AEPD afirma que es puntual y no se almacenan historiales de movimiento.

Eventuales multas y conclusiones

Aún no está claro qué tipo de multa se aplicará, puesto que no viene regulado expresamente aún. Sin embargo, si entendemos que seguirán aplicándose las mismas que a los triángulos. En ese caso, serían de 80 € por no llevar una baliza y que esté homologada, mientras que por señalizarla mal o usar una no válida puede llegar hasta los 200 euros en función de las condiciones. Es decir, aplicando el principio de proporcionalidad que se establece en el procedimiento sancionador básico según la Ley 40/2015, de 1 de octubre.

Con este panorama, el Director de la DGT se limita a calmar los ánimos señalando que "habrá flexibilidad para poner las multas" una vez se entre en vigor. Lo cual, sin duda, no ayuda realmente porque a pesar de la sencillez aparente del manejo hay muchos conductores que necesitarán ayuda no sólo para enterarse sino comprar el modelo apropiado y saber activarlo y colocarlo. Cuando se aprueban reformas y se pretende ser pionero en Europa y en el mundo, que es el eterno sueño que persigue el Gobierno de España, no se percatan de que primero hay que seguir primero unos pasos para testear e informar en lugar de encomendarse al artículo 6 del Código Civil, el de que "la ignorancia de las leyes no exime de su cumplimiento".

Finalmente, mi inevitable pregunta es, ¿dentro de unos años nos encontraremos con noticias sobre presunta corrupción por comisiones y mordidas? Que conste que en esta fecha dejé caer la duda.

(fuente de la foto: RVTE.es)

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