lunes, 26 de marzo de 2018

La desfachatez de las tesis por encargo

En los últimos meses estoy descubriendo en las redes sociales la desagradable circunstancia de que se están constituyendo "negocietes" con la intención de elaborar tesis por encargo previo pago de unas enormes cantidades. Están introduciéndose como un cáncer contra la investigación y se aprovechan de incautos y perezosos para vaciarles la cartera. Como persona que ha estado matriculada 5 años y superado un máster y doctorado de forma autónoma, tan sólo guiado y orientado por la tutora y director correspondiente, me parece bochornoso que esta gente se dedique a fomentar esto. Puede que en realidad esto venga de bastante tiempo atrás, como puede consultarse en este enlace a una noticia. Pero últimamente se está extendiendo en Facebook. El otro día dejé un comentario en una publicación promocionada y no tardaron en borrarme el comentario y bloquearme, sin que fuera en absoluto irrespetuoso. Ya existían otros comentarios que ironizaban con el caso Cifuentes.

En mi opinión, esta práctica más allá de cuestiones morales (ausencia de honestidad) y de ética investigadora no puede ni debe ser legal. Lo primero es que se está produciendo una suplantación, dado que el doctorando o tesinando ofrece un trabajo en el que él no ha participado, sino que ha delegado en otras personas. En consecuencia, podemos acusar también de fraude. ¿Hasta qué punto se diferencia del clásico copiar y pegar o "fusilamiento" de obras de otros autores?

También me resulta sorprendente que, tratándose de que existe la obligación de contar como mínimo con un director/tutor, éste o ésta no se llegue a percatar de que el trabajo que le va llegando no es de su alumno. Me estremecería pensar que docentes universitarios colaboren en esta farsa, pero no menos patético es que haya algunos que formen parte de estos negocios. Ante cualquier sospecha, las universidades deberían levantar expediente y que no les temblara la mano a la hora de aplicar su régimen disciplinario contra los que participen.

Desde el punto de vista del "trabajo", surgen también muchas dudas respecto de la calidad de lo que esta gente realiza a distancia, por muchas que sean las indicaciones que el "cliente" le suministre. Una tesis o un trabajo fin de máster o de grado tienen por definición una nota personal. Y es muy fácil descubrir a la postre que el trabajo en cuestión NO lo ha realizado el que dice ser autor del mismo y por mucho que finja serlo. Además, estaríamos hablando de cifras de pago por página astronómicas con un mínimo de 3.000 euros aproximadamente. En verdad, esos "pringaos" que recurren a estos pajarracos (sin comillas) se arriesgan a tirar su dinero en un trabajo indefendible.

En definitiva, estos negocietes tratan de convencer a sus presas "argumentando" que el tiempo es suyo, que no merece la pena perderlo en esto y que es mejor que sean otros los que lo gasten en beneficio nuestro. Parece que no se dan cuenta de que el que está en la Universidad es porque quiere. Si no, ya hay otras opciones como la Formación Profesional, que se ha impulsado y  mejorado muchísimo en los últimos años con una oferta más que interesante. Pero verdaderamente, meterte en un grado, máster o doctorado y pagarlo dos veces, sin además desarrollarte como investigador o simplemente cualidades que puedas aplicar a tu trabajo, es una decisión absolutamente desacertada. En mi opinión, estas prácticas deberían ser perseguidas y lo primero de todo sancionar de forma ejemplar a quienes recurran a ellas. Sólo así podrán ir cayendo estas bandas (por que no merecen otra acepción). 

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