domingo, 13 de octubre de 2013

El loro juguetón y sus consejos

Un animal que siempre he querido tener y nunca ha sido así es el loro. Cuántas veces me he quedado asombrado de entrar a un bar de mi pueblo y escuchar como el loro decía “buenos días”, “guapa” e incluso “Barça, Barça”. Hasta ahora he hablado de mis aves favoritas, pero me faltaba esta simpática especie. Existen muchas razas como el guacamayo o la cacatúa, pero debemos de tener en cuenta en primer lugar que no son ni mucho menos baratas. Un loro económico puede ser, por ejemplo, un periquito australiano. Porque al coste de su adquisición hay que sumar la compra de juguetes, la jaula y muchas cosas de forma que supone uno de los animales con cuidados más caros. Así que si nos cuesta llegar a fin de mes, mejor ni lo pensemos. Si no es así y queremos tenerlo, podemos seguir los consejos y recomendaciones que he podido encontrar en la Web.

Alojamiento.- La jaula del loro debe proveerle el adecuado espacio, de forma que le garantice comodidad tanto física como psicológica. Debe de tener las medidas suficientes que le permitan desplegar sus alas al completo sin que rocen los barrotes de la jaula, poder desplazarse sobre ella y tener espacio para varios juguetes. Los palitos o perchas deben de estar bien distribuidas para que pueda saltar y moverse sin problemas, del mismo modo que los juguetes no pueden convertirse en un obstáculo sino tan sólo en desestresantes. Todo esto implica que debe ser una jaula bastante más grande en comparación con otras aves. En cuanto a la ubicación, ni hablar de ponerlo en la cocina, puesto que se vería expuesto a gases peligrosos. Por otra parte, el loro tiene que disponer de unas horas de recreo y salir de su jaula. Por ejemplo, podemos colocarle sobre un caballete. Pero al mismo tiempo hay que ayudarle a que se familiarice con su entorno y las diferentes partes de la casa, así como interactuar con las personas que habitan en ella y de este modo ir desarrollando más confianza.

Juguetes.- De tanto en tanto se aconseja cambiárselos para que no se aburra de ellos, incluso de posición dentro de la jaula. Son unas aves más inteligentes de lo que creemos. Eso no implica comprarle siempre cada mes uno nuevo, sino al menos ir alternando. Los de fabricación artesanal suelen gustar mucho a los loros, por lo que no es necesario gastarse demasiado dinero por su estética. Podemos incluso fabricarlos con cordoneras, hilos, palitos, tapones de botellas, cartones y pajitas de beber, de forma que los utilice para cogerlos con el pico, subirse o balancearse. A veces requerirá un periodo previo de adaptación al nuevo objeto que “invade” su casita. Ahora bien, nunca hay que introducir piezas que pueda tragarse o cartones que contengan tinta.


Alimentación.- Fundamentalmente, la dieta de los oros se compone de frutas y verduras. En cuanto a la fruta, podemos suministrarle una macedonia de al menos 3 tipos diferentes, variando cada día. Entre ellas destacamos algunas como la manzana, naranja, pera, fresa, mandarina, pomelo o albaricoque. Existen otras como plátano, el melocotón y el melón (ricas en glucosa y fructosa) que sólo se les puede dar como mucho dos veces al a semana. En cuanto a la verdura, podemos darles espinaca, brócoli, acelga, escarola, zanahorias, alcachofas, coliflor, apio, tomate, pimiento verde y muy de vez en cuando lechuga (que en exceso le puede provocar diarrea). En tercer lugar, hay que darles alimentos secos como el pienso extrusionado, como complemento. Son alimentos cocidos que reducen el riesgo de infección. Por último, de forma ocasional pueden comer pasta (macarrones, fideos), legumbres (garbanzos, judías) y cereales (maíz, arroz, copos de avena). Prohibido darles dulces, embutidos, salados, leche, perejil y aguacate.

Limpieza e higiene.- Al igual que con cualquier mascota, es esencial. De lo contrario, con la suciedad se pueden formar hongos y atacar a la salud de nuestro loro. Para evitar problemas, debemos limpiar la jaula de 2 a 4 veces a la semana, retirar los excrementos todos los días, limpiar comederos y bebederos, retirar alimentos blandos rechazados por el animal y aplicar insecticida en las esquinas de la jaula para evitar la aparición de ácaros o parásitos. Por último, cada cuatro meses hay que llevar a cabo una desinfectación total de la jaula y sus elementos.

Enfermedades.- En relación con las infecciosas, hay que tener cuidado con la clamidiosis, que puede ser trasmitida a la persona humana. Sus síntomas son diarrea, conjuntivitis y nerviosismo. Al loro le cuesta respirar. Se le puede administrar un tratamiento de tetraciclina entre 35 y 45 días. Otras son la viruela, que se transmite por picadura de insectos, tiene síntomas respiratorios y precisa de antibióticos y la megabacteriosis, en la que el animal no come, pierde peso progresivamente y requiere de un tratamiento de 10 días de amfotericina. En cuanto a las hemorragias, podemos detener la pérdida de sangre presionando la zona con una gasa antihemorrágica. Cortada aquella, debemos arrancar las plumas alrededor de la herida y desinfectar la zona con agua oxigenada o yodo diluido en agua. 

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