domingo, 22 de septiembre de 2013

Bodrios apestosos del cine

Hace algún tiempo introduje en este blog algunas reseñas de películas realmente malas, pero que eran tan malas que se convertían en buenas. Esta vez me referiré a cintas que son patéticas pero que al contrario de las anteriores se quedan ahí. Son tan malas que no tienen ninguna virtud, si bien podríamos apuntar la de servir de mal ejemplo. Sólo existe una por la que he llegado a pagar por verla y me arrepentiré toda la vida. El resto las he visto online a través de Internet, por lo que ni me he molestado en contaminar mi disco duro. Pasemos a continuación a comentar cada una de ellas.

Dragonball Evolution es la película peor valorada en la prestigiosa web de cine y críticas Filmaffinity. Se estrenó en abril de 2009 y se trataba de un homenaje al famoso manga y anime que causaron furor en todo el mundo y en España a raíz de la emisión de los dibujos animados en las televisiones autonómicas. Sin embargo, la adaptación es un completo despropósito de principio a fin: un Goku adolescente que va al instituto y sufre bullyng. Personajes que no se parecen en nada al original, como el maestro Roshi o Yamsha. Personajes que ni están ni se les ve: Krillin, Pilaf, etc. Una Bulma que se cree una imitación de Lara Croft. Un argumento sin chicha que sitúa las ¿aventuras? en lo que sería la época actual, en plena ciudad. Una técnica de Kame-hame-ha que lo mismo vale para apagar velas que para resucitar. Una transformación de Goku en Ozaru que no es un gorila gigante sino un tío con un disfraz del Megumi Fiestas. Y no sigo porque me daría para un post entero. En definitiva, nada que se le parezca a la historia original y un WTF desde el primer fotograma hasta el final. Ni siquiera resulta decente el maquillaje de Piccolo y unos efectos especiales apreciables. Con un 1,7 y unas críticas demoledoras no, lo siguiente, se abortó un siniestro proyecto que quería convertirla en trilogía. Dios nos libre en ese sentido.


Mentiras y gordas (2009) es un fiasco de película para adolescentes hormonados que cuenta entre sus guionistas nada menos que a la ex ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. Con el repertorio de tí@s buen@s del momento, que a priori prometía: Mario Casas, Hugo Silva, Ana de Armas y Miriam Giovanelli. El argumento es tan simple como el siguiente: una peña que se mete droga hasta el culo y echa kikis continuamente, con escenas sexuales (se ven hasta miembros) para todos los gustos: heterosexuales, gays y lésbicas. Pero no nos confundamos, no vale ni para película semi-porno. Unos diálogos pobres, una composición de las escenas más producto del azar y el "todo vale", un desarrollo de la película sin rumbo, un aburrimiento enorme durante hora y media porque no existe ni emociones ni giros relevantes y personajes estúpidos como la que se queja de gorda sin serlo realmente (lo único que tiene gordo son las, las...) y que deja frases para la posteridad como "es que estoy tan gorda que no noto cuando me la penetras". Las películas de Esteso y Pajares mostraban los mismos pezones y traseros y tenían gracia, pero esta bazofia no tiene ninguna. El acto final, que pretende brotar alguna lagrimilla, lo hace más bien de patetismo y ni siquiera encaja con la escena de cierre en la playa. En definitiva, una puñalada contra el cine español y una lástima que encima haya sido subvencionada con dinero público.

House of the dead (2003) es otra que tiene uno de los dudosos honores de ser de las peores valoradas, concretamente con un 2. Se trató de la adaptación de un videojuego y el especialista en bodrios Uwe Boll se encargó de ponerla en escena. Se supone que es de terror, pero muchas escenas causan risa como una en la que un grupo de zombis asaltan un barco y el capitán, con un sólo tiro, va cargándoselos uno por uno. Ni que fuera Steven Seagal, que control... Pero eso no es nada comparado con una escena de 10 minutos de duración en la que los protas, por arte de magia, se convierten en expertos en manejar armas y acaban con una horda de zombis que saltan como atletas, se asoman en plan "ola k ase" o sufren desmembramientos en secuencias estilo ''Matrix' mientras los tipos saltan y se sostienen en el aire. Además, se intercalan pantallas del juego tanto en las transiciones como en los enfrentamientos contra los muertos vivientes. En un primer momento supone un guiño que a los fans del videojuego nos puede hacer gracia, pero después ya no viene muy a cuento. Ni orden ni concierto. Para colmo, no llegan propiamente a una casa hasta la parte final, que acaba explosionando y sin que falleciera un cura español de más de 500 años que había desafiado a la muerte. Pero claro, van y se lo cargan pisándole la cabeza como el que pisa una alcachofa. Si a esto le sumamos unas interpretaciones y diálogos paupérrimos, un guión que va a su puñetera bola y una banda sonora que parece sacada de una fiesta del Neng, sale un producto que huele realmente mal.


Finalmente está Casi 300 (2008), una parodia de la película de 300 que fue dirigida (o perpetrada) por Jason Friedberg y Aaron Seltzer. Ambos deberían estar condenados a cadena perpetua por crímenes contra la humanidad, concretamente de atentar contra el séptimo arte a base de películas horrorosas. Pues bien, esta puedo decir que es la peor que he visto en mi vida. Porque os aseguro que después de pagar casi 6 euros uno sale o de muy mala leche o con un bajón considerable. Es un truño tan grande que los wáteres de los bares de carretera huelen a rosas en comparación con este film. Un guión compuesto a base de parodias sin sentido de diversas películas, insertando gags que no vienen a cuento como meter la música de Barbie Girl, elementos atemporales que no causan gracia (rollo American idol) y otras chorradas musicales que nos hacen pasar mucha vergüenza. Sólo nos hace reír la primera escena y eso, junto con (por qué no decirlo) lo buena que está Carmen Electra le impediría obtener un 0. Por lo que en mi caso le daría 0,5. La imaginación brilla por su ausencia en esta porquería hedionda de película. El siguiente atentado terrorista de este dúo será con 'Los muertos del hambre', que se estrena en octubre.

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