Louis de Funès, gigante del humor

En el presente post deseo realizar un pequeño homenaje a la figura de Louis Germain David de Funés, actor francés que fue un gigante de la comedia de su país en el siglo XX, interviniendo en más de cien películas desde los años cuarenta hasta los ochenta. Nació en 1914 siendo descendiente de españoles: su familia paterna de la nobleza sevillana y la materna de la provincia de La Coruña. En un principio se dedicó al piano para posteriormente al teatro y seguidamente al séptimo arte y concretamente en el género de la comedia. Un humor lejano a lo escatológico y lo grosero, sino cercano a todos los públicos. Sus habilidades no son desdeñadas y es en los años sesenta es cuando alcanza el estrellato con el personaje del gendarme de Saint Tropez, estableciendo una saga de varias películas que durará hasta los ochenta y conquistó a varias generaciones. Pero paralelamente a ella también hubo otra saga que es la que paso a comentar: Fantomas. 

Fantomas es en realidad un personaje con mucha tradición en el cine y el teatro, con diferentes personalidades y contextos, pero en definitiva siempre un personaje que se oculta bajo una máscara y es bastante misterioso. En esta saga comete sus robos con máscaras casi perfectas imitando a otras personas e incluso toma sus huellas. Ese particular modus operandi constituye el centro de lo que son una especie de adaptación humorística de películas del agente 007, mezclando acción con suspense y humor. Más que nada porque en la mayor parte de las ocasiones no intuimos quién puede ser Fantomas, salvo en algún caso más que obvio. 

En la primera película (1964) se nos presenta como el antagonista de Juve, responsable de una comisaría de París y que tan sólo cuenta con el torpe ayudante Bertrán, pero conocerá a un periodista llamado Fandor y a su novia que le ayudará contra el delincuente Fantomas. Asistiremos a un contraste entre un rollo James Bond de Fandor y otro estilo "Filemón", que encarna Juve. La ambientación, decorados y estilo recuerda un poco a El Superagente 86, demostrando que no había tantas diferencias entre el humor americano y el francés. Un recurso que aporta mucha comicidad son una serie de gadgets ideados por el prota, parodiando los dispositivos de las películas de agentes secretos. Sin embargo lo que veo negativo es que el carisma del comisario tarda demasiado tiempo en entrar a colación, siendo sus primeras intervenciones bastante cortas, pero en la segunda mitad de la cinta muy divertidas destacando la impresionante persecución del último tramo de la cinta.

            

Fantomas vuelve (1965) es la continuación, un año después de los acontecimientos del primer filme y en cuya cabecera se recuerda a modo de animación el desarrollo, incluyendo la escapada del malvado en submarino. En este caso la venganza es intentar secuestrar a un reputado científico en una conferencia. Tras un ajetreado viaje en tren, el comisario y su grupo llega con la intención de proteger al experto, ante sus sospechas. Pero las confusiones se apoderan de la situación, representándose hilarantes escenas. Existe en esta cinta una importante diferencia con las máscaras y es que si antes se notaba la imperfección ahora son 100% idénticas a la cara normal. Sin embargo, no se explica como Fantomas es capaz de imitar la voz. Por otra parte, la persecución del final no es tan espectacular como la anterior. Aun así, los aspectos más positivos son el recurso a nuevos desternillantes inventos y graciosos disfraces, otro elemento de humor muy recurrido por Louis de Funès durante toda su filmografía.

                                               

Fantomas contra Scotland Yard (1967) cierra la trilogía. Esta vez el antagonista pretende extorsionar a millonarios escoceses y con el objetivo de proteger a un conde se desplaza Juve y su grupo a un castillo donde pasarán unos días para realizar investigaciones. Las confusiones delirantes del comisario con la posible presencia de fantasmas, sus planes para demostrar que no ve visiones y los juegos de su adversario constituyen los mejores gags, pero no deja de ser en mi opinión el título menos eficaz de la saga, a pesar de que se ha buscado un nuevo escenario lejos de la ciudad. Eso sí, es donde existe más rodaje no es en el castillo sino en exteriores, en bellos campos verdes. El final hace honor a la leyenda del adversario más escurridizo de nuestro humorista.

En cuanto a otros éxitos de Funès, a parte de la saga de 11 películas del Gendarme de Saint Tropez,  destaca ‘La gran juerga’, estrenada en 1967 y que fue un tremendo récord de taquilla en Francia no superado hasta 1998 por Titanic de James Cameron. Y es que su mejor pareja humorística fue Bourvil, llegando a ser considerados los dos como los Laurel y Hardy galos. Es más, se trataba de uno de sus mejores amigos y fue para él un golpe muy duro su fallecimiento en 1971, siendo sustituido por otro actor en una película que se iba a rodar en España.

Louis de Funès falleció en enero de 1983, víctima de un infarto. Después de haber marcado una larga época, difícilmente encontrará su país un actor humorista tan memorable y eficaz, gracias a esa simpática expresión de sensaciones de enfado con gruñidos, gestos ostensibles… Supo desplegar todo su potencial humorístico gracias a una expresividad agresiva pero hilarante y en definitiva una vivacidad que contrastaba con su aparente mayor edad de la que realmente tenía. Sus personajes sin embargo nunca han sido malvados, sino simplemente cascarrabias, obteniendo el espectador un resultado muy distinto, que es el de asistir a interpretaciones de un encantador cómico. Antes de dejar el mundo ganó dos premios: caballero de la Legión de Honor en 1973 y César de Honor en 1980, en la especialidad de cine.

Y no quiero cerrar este post sin mencionar dos cosillas: en primer lugar, recomendar este estupendo blog dedicado a este actor. Desde hace 7 años informa sobre todas las novedades de lanzamientos en DVD de las películas de Funès, así como interesantes reseñas. En segundo lugar, recordar que en 2014 se cumplirá el centenario del nacimiento del inolvidable Louis y esperamos que se le dedique el merecido tributo para que se recupere una vez más el simpático humor de este grande. ¿Por qué no una edición coleccionista en Blu-Ray de toda su filmografía al completo?