domingo, 27 de mayo de 2012

Dr. Slump, manga recomendable

Soy muy aficionado del cómic español, pero también admirador de algunas series de dibujos animados japonesas que tienen su origen en mangas, tan poco desconocidos por los consumidores de esas simpáticas series, pero más divertidos aún que las animaciones. Es el caso de Dr. Slump, mi manga favorito, que fue el primer éxito de Akira Toriyama, más conocido por el mundialmente popular Dragon Ball. Este autor nació en Nagoya (Japón) en 1955 y empezó a publicar sus primeras páginas de Dr. Slump en la revista Shonen Jump en 1980, alargándose la historia durante cuatro años y alcanzando un éxito inesperado. No era propiamente una serie de aventuras peligrosas y con un desarrollo continuo, sino las vivencias de un robot con forma de niña que vive todo tipo de peripecias con su inventor y sus amigos en la Villa del Pingüino, un pueblo surrealista donde conviven humanos, animales, seres antropomorfos y hasta elementos aparentemente inertes como montañas o el mismo Sol. La originalidad del manga es indudable y con mucha más antelación respecto a otros muchos se estrenó en televisión la versión anime.

A pesar del nombre de la serie, el protagonista no es el inventor sino su creación: Arale Norimaki. Es una niña-robot de temperamento inocente para la que no existen los problemas, sino la diversión. Tiene una extraña afición por los excrementos, que además tienen vida, son de color rosa y los utiliza para jugar y asustar a la gente. Su apariencia contrasta con una fuerza sobrehumana que asusta a todos los vecinos del pueblo, especialmente a la policía que siempre huye de ella y termina con el coche destrozado, más por entretenimiento de Arale que por accidente. Pese a todo esto, nadie sabe que no es humana.

El Dr. Senbei Norimaki (apodado Slump), es mi personaje favorito. Un científico ávido de crear los instrumentos más variopintos y estrafalarios, como una especie de máquina del tiempo con alfombra. Está más salido que el pico de una esquina (le encanta “leer” Sukebes, que son el equivalente a Interviú) y pretende conquistar a la Srta. Yamabuki. El manga da un giro fuerte cuando se produce, sorprendentemente, la boda entre los dos. Su carácter es excesivamente temperamental, perdiendo los nervios continuamente por culpa de Arale y estableciéndose graciosos contrastes entre estos dos personajes.

Gazira es una especie de bebé ángel, llamado en el anime con traducción valenciana “menjatot” y en el catalán Gatchán (su nombre japonés). Es una criatura sin sexo definido que sale de un huevo y constantemente tiene un apetito desmesurado, de forma que engulle cualquier cosa salvo los neumáticos. No habla un lenguaje definido, salvo un chillido “bupi, bupi” y se convierte en el mejor amigo de Arale. En un capítulo se desvela que se trataba de un querubín enviado por Dios a la tierra. Pero la sorpresa llega cuando este ser se transforma en dos iguales, multiplicando los problemas para Senbei.

Midori Yamabuki es profesora del colegio de la Villa del Pingüino, donde la gente no estudia sino que tan sólo asiste. Es una mujer rubia y atractiva que despierta los deseos del Dr. Slump y de algunos otros personajes. A destacar los capítulos en los que Senbei intenta verle desnuda en la ducha a través de los ojos de Arale y cuando trata de aprovecharse de que está convertido en un bebé, momento en que sí consigue su objetivo. Tras su matrimonio, Senbei pasa de llamarla de usted y por su apellido a ‘Midori’.

Turbo Norimaki es el hijo de Midori y Senbei. En un capítulo se escapa y muere atropellado por una nave espacial. Pero los extraterrestres le reviven y le aplican una inteligencia y fuertes poderes psíquicos como mover los objetos o volar. Estas habilidades se complementarán muy bien con las físicas de Arale.


Si hay que señalar a un malvado, un malo malísimo, ese es el Dr. Mashirito. En realidad es una parodia del editor y jefe de Toriyama, apellidado Torishima. Un cruel inventor que envidia a Slump y quiere conquistar el mundo con sus Caramel Man, unos robots destructivos. Pronto descubrirá que su enemigo es más bien Arale y para destruirla crea el nº 4 que es un niño que terminará enamorándose de la protagonista. Al final descubrirá que el mal es su creador y pasa a ser amigo de Arale, “bautizándose” con el nombre de Obokaman. No me gusta mucho este personaje porque lo veo algo ñoño. Mashirito seguirá amenazando la seguridad de la familia, pero irá siendo derrotado perdiendo cada vez más miembros de su cuerpo hasta quedarse en un tornillo.

Y si algo tiene esta serie que no le falta de nada, aparte de buen humor, son personajes secundarios. Desde los amigos de siempre como Akane y Aoi Kimidori (hijas de la propietaria de una cafetería) y Taro y Peasuke Sormame (hijos del peluquero) hasta nuevos compañeros como Tsururin y Tsukusun Tsun, con un padre todavía más salido que Senbei y que recibe castigos de su celosa mujer. También existen muchos personajes-parodia como Suppaman, un frikazo vestido de Superman que se llama a sí mismo el defensor de la justicia  y se desplaza en monopatín pretendiendo imitar que vuela. Su alimento favorito son las ciruelas ácidas, que le dejan la boca toda agrietada. Su única fan es de hecho Arale. Finalmente, hay dos extraterrestres que son el Rey Nickochan y su sirviente que tratan por todos los medios de regresar a su planeta de origen. En la última viñeta del manga, inolvidable, aparecen TODOS los que en algún momento salieron en el manga.


La clave del éxito de Dr. Slump es que Toriyama supo establecer una evolución en este cómic que permitiera cambios interesantes como nuevos personajes (unos más frecuentes y otros más esporádicos), relaciones sentimentales entre algunos de ellos, capítulos de lo más variopinto como parodias de películas de cine, inventos estrafalarios, competiciones deportivas (Grand Prix o el torneo de béisbol)… y tiene mucho mérito dado de que no se trataba de una aventura que favoreciera el desarrollo de un argumento, como así fue con Dragon Ball. El grafismo además se caracterizó por una enorme expresividad de los personajes y sencillez de los trazos, con viñetas grandes y cabezas desproporcionadas para crear el impacto de cada situación. Lo mejor es que la imaginación de Toriyama no tuvo límites durante cinco años, creando un pueblo fantástico donde hasta el más tímido de sus habitantes tenía su aporte peculiar en la serie.

La versión original del manga constó de 18 volúmenes y la serie televisiva de 243 episodios, reproduciendo no con toda la exactitud lo acontecido en los cómics pero sí con el mismo espíritu. Evidentemente ha habido varias rediciones. En España se distribuyó por Planeta Agostini con 40 tomos, pero la última versión data de 2010-2011 en que se distribuyó una colección de 15 tomos con portadas a color y en relieve, conmemorativa del 30 aniversario. El problema que tiene, a pesar de ocupar menos espacio, es que omite todos los extras relativos a anécdotas de Toriyama: su vida personal, su forma de trabajar, su relación con su editor, sus aficiones y manías… No obstante, es de agradecer que Planeta haya reeditado estos tomos a buen precio, lo que ha favorecido que en poco tiempo me hiciera con la colección completa.

El anime se rodó desde 1981 a 1986 y en España fue estrenado en las televisiones autonómicas. Verdaderamente fue una suerte vivir cerca de una comunidad con ente televisivo y escucharlo en valenciano o catalán no fue un problema en absoluto. De hecho en poco tiempo aprendíamos las palabras. Entre 1997 y 1999 se elaboró otra serie, una especie de remake del clásico. Pero no tuvo ni la mitad de éxito del anterior y ha sido muy criticada por los fans por alejarse demasiado de Toriyama. En la imagen de arriba la profesora Yamabuki está totalmente irreconocible.  Finalmente, se grabaron también varias películas de animación.

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