miércoles, 22 de febrero de 2012

Tres años de película

Hoy es para mí un día muy especial, no porque esta sea la entrada número 100 del blog (que también es digno de reseñar) sino porque se cumplen 3 años de mi relación con la mujer a la que amo. Mi Charo. El cine ha sido y es una de nuestras grandes aficiones y por lo tanto aprovecho para reseñar algunas de las películas más importantes que hemos visto juntos y que, por el momento, no había comentado aún en este blog. Quizás el motivo de que hayamos visto más de 50 películas sea que nuestra conexión a Internet es tan modesta que no nos permite descargar cintas, pero considero enriquecedor acercarse de vez en cuando a ver una película y disfrutar de la gran pantalla y los efectos que nunca se consiguen desde la televisión. Las películas que he elegido, por lo general, nos han gustado a los dos (en cine tenemos gustos más bien diferentes pero existen pelis que nos agradan a los dos) y a pesar de que salvo alguna excepción no son ninguna obra maestra, sí considero que son interesantes y que merecen la pena verlas. Debo reiterar que sólo he elegido entre las que no había llegado a hablar en las entradas que llevo de cine.

La pantera rosa 2 fue la primera película que vimos juntos. No hay que olvidar que el popular personaje animado nació en el cine y luego tuvo sus dibujos animados. Esta cinta se estrenó en febrero de 2009, dirigida por Harald Zwart, protagonizada por Steve Martin y John Cleese y con la intervención de Jeremy Irons. Evidentemente esta segunda parte del remake del gran clásico con Peter Sellers se queda muy lejos, pero en mi opinión está llena de gags para pasar un buen rato gracias a las confusiones y meteduras de pata del protagonista. Es una comedia con matices de Mortadelo y Filemón en la que un inepto detective (Inspector Closseau) debe resolver un caso de robo de objetos históricos, viajando por todo el mundo. Su jefe, el inspector Dreyfus, tiene más bien ganas de despedirle y confía en que el caso termine por hundirle. La cinta combina acción con escenas de humor gracioso propio de Martin, en una estética ‘slapstick’ que encantará tanto a grandes como pequeños. Lo más importante es que se dejen de lado los prejuicios y la nostalgia de la saga original.



El gran Torino fue la segunda película. Se estrenó en marzo de 2009 y es sin duda una de las mejores que hemos visto en nuestra vida. Dirigida y protagonizada por el excelente Clint Eastwood. Walt Kowalski es un veterano de la guerra de Corea que acaba de enviudar. Su mayor ilusión es ahora su vehículo, un Gran Torino de 1972. Es un hombre muy cascarrabias y conservador, que no le hace gracia la llegada de inmigrantes a su barrio. Sin embargo, conoce a un niño de raza asiática que se convertirá en su mejor amigo e indirectamente le ayudará a superar sus prejuicios, al tiempo que le defenderá Walt de una peligrosa banda. A partir de ahí, el guión retrata con brillantez el choque de culturas, los cambios del mundo, la necesidad de tener una mente más abierta, el sentimiento de amistad… y una interpretación fabulosa no ya del protagonista sino también del niño. Es una cinta que aparte de criticar duramente el racismo en Norteamérica, te hace pensar y valorar muchas cosas, al mismo tiempo que darte cuenta de que se le da demasiado a otras. Realmente recomendable este drama con simpáticos trazos de humor y de enorme sensibilidad. Lo negativo es que se echan en falta más personajes secundarios que reforzasen la historia.



Sherlock Holmes se estrenó en enero de 2010. Dirigida por Guy Ritchie y protagonizada por Robert Downey Jr. y Jude Law, narra una aventura del famoso sagaz detective y su inseparable compañero. Deben resolver un inquietante caso en el que Lord Blackwood, un cruel asesino en serie, escapa misteriosamente de su tumba y prosigue su ola de crímenes. Tendrán que descifrar las pistas que le lleven a la sorprendente resolución del caso. Lo más curioso es la personalidad pícara y más que taimada del protagonista, otorgándole un espíritu propio y diferenciándolo totalmente del clásico de A. Conan Doyle, sin llegar tampoco a desvirtuarlo. A mi juicio ha sido una gran idea descontextualizarlo, aunque a los más puritanos les puede chocar en exceso. El guión está bien elaborado, plagado de intriga-acción, humor a raudales e interés durante las dos horas y media de duración. Lo mejor es el lucimiento de las habilidades de deducción de Holmes, con todo lujo de detalles con simples vistazos y la mención de Moriarty al final. La secuela, con el nombre de Juego de sombras, se estrenó en enero de 2012 y rompe con el mito de que segundas partes no fueron buenas. El recurso a las escenas de cálculo y anticipación de las posibilidades a cámara lenta de Holmes, las impresionantes escenas de acción en el bosque y en el tren y un argumento más complejo construyen una interesante historia que parece no haber dicho aún su última palabra.



Alicia en el País de las Maravillas se estrenó en abril de 2010. Dirigida por el gran Tim Burton y con la participación Jhonny Depp (encarnando al Sombrerero Loco). Es una adaptación del cuento de Lewis Caroll, aunque en realidad podría ser una secuela al situarse el argumento diez años después de los eventos de la obra con una Alicia más crecida pero aún jovencita (Mia Wasikowska). Una película llena de fantasía y excelentes efectos especiales, con un maquillaje y caracterización de los personajes de enorme calidad. De hecho ganó dos Oscars a la mejor dirección artística y vestuario. Sin embargo, su punto débil son las poco convincentes interpretaciones, a excepción de la de Depp mientras que Alicia queda un poco eclipsada por el carisma de su compañero. No es ni mucho menos la mejor obra de Burton (Eduardo Manostijeras, Bettlejuice, etc) y el guión es un tanto anárquico comparándolo con la obra original, pero nunca está de más reinventar un poco los clásicos y no reproducirlos categóricamente. La experiencia de ver un cuento más para todos los públicos y no sólo para los niños y de los efectos 3D que, en este caso, sí que merece la pena ver.



In Time fue estrenada en diciembre de 2011. Dirigida y guionizada por Andrew Niccol, es una película de ciencia ficción en la que los avances genéticos han convertido al tiempo como moneda de cambio, no ya para sufragar lujos y necesidades, sino también para sobrevivir más allá de 25 años, el precio a pagar por esos avances. El protagonista es Will Salas (Justin Timberlake), que será perseguido por unos policías corruptos conocidos como los “guardianes del tiempo”. Amanda Seyried encarna a Sylvia Weis, que se enamora de Will. La película no tiene grandes efectos especiales, pero sí muchísimos mensajes a lo largo de todo su desarrollo que nos hacen pensar y valorar muchos temas sobre psicología humana. ¿Nos gustaría vivir más de 100 años? ¿Qué haríamos? ¿Sabemos aprovechar y no malgastar nuestro tiempo? Y muchos más. Una alegoría económica que es hilvanada con acierto. Y es que esos mensajes son más importantes que el guión, que en sí no está demasiado currado y es más bien simple pero a mí modo de ver sí está provisto de la suficiente intriga e interés para que la cinta no se haga aburrida.

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