Hoy escribo sobre un animal que realmente no es de los que más me gustan y más bien no me despierta mucho interés. Quizá lo considero un animal para niños, pero es probablemente el preferido de mis sobrinos desde que eran pequeños y por ello hoy escribo sobre él. Es el más popular de la familia de los roedores, de la familia de los cricétidos: el hámster. Originario de Siria, Asia Menor y Cáucaso, existen muchas razas que afectan a su talla, aunque podemos decir que el común puede llegar a los 15 centímetros y a los 180 gramos. Su longevidad es muy corta, oscila entre los 2 y 4 años. Tiene 16 dientes y la situación lateral de sus ojos les faculta para tener un campo visual extraordinario. También tienen un olfato muy fino y un oído muy preciso, mejor que el de los humanos. Pero lo más curioso es que son animales nocturnos y que desarrollan su mayor actividad por la noche. No lo sabía y siempre me preguntaba por qué era cuando hacía más ruido. Pronto sabría también que son muy sensibles al sol. Vayamos pues, a los consejos más extendidos para el cuidado de este animal.
La guarida del hámster puede ser una caseta de madera o plástico o bien un jaula, que son tiene por qué ser muy grande. Los barrotes estar preparados para que pueda trepar por ellos y separados por 1 centímetro. Otra alternativa puede ser un terrario, aunque se recomienda mejor para los hámsteres chinos, que son más pequeños que los comunes. En el suelo, o en la bandeja mejor dicho, podemos echar paja o viruta. Para jugar y moverse necesitará una rueda giratoria. Se recomienda que sea metálica y no de plástico, pues su afición a roer se la cargaría el primer día. El comedero y bebedero tienen que fijarse bien a los barrotes y de la misma forma ser resistentes. Se le puede proveer de elementos de entretenimiento como pequeñas escaleras, ramas o bolas. La temperatura ambiente óptima está entre 20 y 22º, por lo que hay que tener mucho cuidado en verano ya que no soportarían las tórridas temperaturas del día, por lo que es mejor guardarlo en casa lo más alejado posible de los rayos del sol. En cuanto a la humedad ideal se localiza entre el 40% y 50%.
El mantenimiento y su higiene también son importantes. Hay que limpiar cada día la bandeja donde se acumulan los excrementos y una vez por semana limpiar todos los accesorios de la jaula, a ser posible con agua caliente. Si se nos escapa es muy complicado capturarlo, dado que son unos animales muy escurridizos y se esconden en cualquier agujero. Lo más inteligente es atraerlo hasta la jaula con alguna golosina. También se deben de intercambiar cada semana las ramas para roer.
En cuanto a su alimentación, se trata de un animal omnívoro. Generalmente se alimentan de pienso comercial (vendido en las tiendas), pero también podemos suministrarle cereales como trigo, maíz o avena, hojas de zanahoria, frutos secos sin salar, semillas de girasol o calabaza, un poquito de fruta y verduras como la zanahoria, lechuga o coliflor. Pero nunca le debemos dar patatas, alubias crudas o verduras aliñadas o congeladas porque son venenosas para el animal. Debemos de suministrarle comida todos los días y una vez a la semana intercambiar las ramas para que roa y fortalezca sus dientes. Si tenemos crías debemos de administrar vitaminas a la comida, que también pueden adquirirse en las tiendas especializadas de mascotas. En cuanto a la forma de alimentarle, todo caso hay que tener en cuenta el tamaño del hámster, para racionalizar adecuadamente la cantidad de comida, y evitar cambios bruscos en su dieta.
Los puntos positivos de tener un hámster es que son una opción económica tanto por su coste como por alimentación, su facilidad de cuidar y el poco espacio que ocupan. Pero los negativos son que nos puede morder, no toleran la compañía de otros animales o compañeros del mismo sexo (machos) y tienen un sentido muy territorial. Para su adiestramiento, se aconseja iniciarlo al atardecer, dado que suelen dormir por la mañana y están menos activos en esa hora del día. Tenemos que domarlo poco a poco, empezando por colocar nuestra mano y que la olfatee. Posteriormente intentaremos que coma de ella hasta que finalmente acariciarle el cuerpo, no la cabeza para evitar que se asuste. Todavía no habrá alcanzado suficiente confianza.
A continuación vamos a referirnos a las enfermedades que pueden sufrir:
Dermatología.- Pueden ser atacados por ácaros, sufriendo pérdida de pelo, secreciones en los oídos y enrojecimiento de la piel. También son afectados por hongos, produciendo desbalances hormonales. El motivo puede ser una debilitación de su sistema inmunológico por una mala alimentación o una jaula sucia. En esta situación deberemos de llevarlo al veterinario.
Sistema respiratorio.- Son muy sensibles a los resfriados, manifestándose en estornudos, fiebre, otitis y neumonía. Los casos leves duran menos de una semana, pero los graves se deben a infecciones de bacterias, que requerirán la intervención de un profesional. Es mejor prevenirlo, alejándole de corrientes de aire y de cambios bruscos de temperatura.
Sistema digestivo.- Pueden sufrir caries y como consecuencia falta de apetito. En estos casos es necesario extirpar el diente afectado. Otro problema dental puede ser el sobrecrecimiento de los incisivos. También pueden sufrir de diarrea, que puede ser provocada por un exceso de alimentos frescos o una infección bacteriana.
Fracturas óseas.- Para evitarlas hay que acondicionar la jaula de forma que impida que pueda sufrir caídas demasiado altas, ya que de lo contrario puede sufrir roturas graves de extremidades de forma que no se pueda mover y la única solución sea el sacrificio.
Para las más leves, que también pueden producir parálisis, lo recomendable es calor y reposo y una inyección subcutánea suministrada por un veterinario.
Otros.- Los labios y los ojos irritados pueden producirse por una simple lesión o bien una infección bacteriana, como casi todos los problemas que puede sufrir este animal. En ambos casos, el veterinario les aplicará la pomada especializada. Incluso también pueden llegar a sufrir de diabetes, manifestada en una orina continua y mirada turbia. No existe cura, pero se puede prevenir con una dieta variada.
La guarida del hámster puede ser una caseta de madera o plástico o bien un jaula, que son tiene por qué ser muy grande. Los barrotes estar preparados para que pueda trepar por ellos y separados por 1 centímetro. Otra alternativa puede ser un terrario, aunque se recomienda mejor para los hámsteres chinos, que son más pequeños que los comunes. En el suelo, o en la bandeja mejor dicho, podemos echar paja o viruta. Para jugar y moverse necesitará una rueda giratoria. Se recomienda que sea metálica y no de plástico, pues su afición a roer se la cargaría el primer día. El comedero y bebedero tienen que fijarse bien a los barrotes y de la misma forma ser resistentes. Se le puede proveer de elementos de entretenimiento como pequeñas escaleras, ramas o bolas. La temperatura ambiente óptima está entre 20 y 22º, por lo que hay que tener mucho cuidado en verano ya que no soportarían las tórridas temperaturas del día, por lo que es mejor guardarlo en casa lo más alejado posible de los rayos del sol. En cuanto a la humedad ideal se localiza entre el 40% y 50%.
El mantenimiento y su higiene también son importantes. Hay que limpiar cada día la bandeja donde se acumulan los excrementos y una vez por semana limpiar todos los accesorios de la jaula, a ser posible con agua caliente. Si se nos escapa es muy complicado capturarlo, dado que son unos animales muy escurridizos y se esconden en cualquier agujero. Lo más inteligente es atraerlo hasta la jaula con alguna golosina. También se deben de intercambiar cada semana las ramas para roer.
En cuanto a su alimentación, se trata de un animal omnívoro. Generalmente se alimentan de pienso comercial (vendido en las tiendas), pero también podemos suministrarle cereales como trigo, maíz o avena, hojas de zanahoria, frutos secos sin salar, semillas de girasol o calabaza, un poquito de fruta y verduras como la zanahoria, lechuga o coliflor. Pero nunca le debemos dar patatas, alubias crudas o verduras aliñadas o congeladas porque son venenosas para el animal. Debemos de suministrarle comida todos los días y una vez a la semana intercambiar las ramas para que roa y fortalezca sus dientes. Si tenemos crías debemos de administrar vitaminas a la comida, que también pueden adquirirse en las tiendas especializadas de mascotas. En cuanto a la forma de alimentarle, todo caso hay que tener en cuenta el tamaño del hámster, para racionalizar adecuadamente la cantidad de comida, y evitar cambios bruscos en su dieta.
Los puntos positivos de tener un hámster es que son una opción económica tanto por su coste como por alimentación, su facilidad de cuidar y el poco espacio que ocupan. Pero los negativos son que nos puede morder, no toleran la compañía de otros animales o compañeros del mismo sexo (machos) y tienen un sentido muy territorial. Para su adiestramiento, se aconseja iniciarlo al atardecer, dado que suelen dormir por la mañana y están menos activos en esa hora del día. Tenemos que domarlo poco a poco, empezando por colocar nuestra mano y que la olfatee. Posteriormente intentaremos que coma de ella hasta que finalmente acariciarle el cuerpo, no la cabeza para evitar que se asuste. Todavía no habrá alcanzado suficiente confianza.
A continuación vamos a referirnos a las enfermedades que pueden sufrir:
Dermatología.- Pueden ser atacados por ácaros, sufriendo pérdida de pelo, secreciones en los oídos y enrojecimiento de la piel. También son afectados por hongos, produciendo desbalances hormonales. El motivo puede ser una debilitación de su sistema inmunológico por una mala alimentación o una jaula sucia. En esta situación deberemos de llevarlo al veterinario.
Sistema respiratorio.- Son muy sensibles a los resfriados, manifestándose en estornudos, fiebre, otitis y neumonía. Los casos leves duran menos de una semana, pero los graves se deben a infecciones de bacterias, que requerirán la intervención de un profesional. Es mejor prevenirlo, alejándole de corrientes de aire y de cambios bruscos de temperatura.
Sistema digestivo.- Pueden sufrir caries y como consecuencia falta de apetito. En estos casos es necesario extirpar el diente afectado. Otro problema dental puede ser el sobrecrecimiento de los incisivos. También pueden sufrir de diarrea, que puede ser provocada por un exceso de alimentos frescos o una infección bacteriana.
Fracturas óseas.- Para evitarlas hay que acondicionar la jaula de forma que impida que pueda sufrir caídas demasiado altas, ya que de lo contrario puede sufrir roturas graves de extremidades de forma que no se pueda mover y la única solución sea el sacrificio.
Para las más leves, que también pueden producir parálisis, lo recomendable es calor y reposo y una inyección subcutánea suministrada por un veterinario.
Otros.- Los labios y los ojos irritados pueden producirse por una simple lesión o bien una infección bacteriana, como casi todos los problemas que puede sufrir este animal. En ambos casos, el veterinario les aplicará la pomada especializada. Incluso también pueden llegar a sufrir de diabetes, manifestada en una orina continua y mirada turbia. No existe cura, pero se puede prevenir con una dieta variada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario