miércoles, 29 de junio de 2011

Best of Sega Master System

El mundo de los videojuegos ha evolucionado mucho en los últimos años, desapareciendo muchas consolas y apareciendo otras nuevas que en sucesivas versiones han conquistado tanto a jóvenes como no tan jóvenes por sus avanzadas e innovadoras propuestas. Sin embargo hay unas raíces, quizá sólo respetadas por los que bordeamos o hemos llegado a la treintena de tacos. Me estoy refiriendo a los juegos de las consolas de los años ochenta y noventa. ¿Quién no se acuerda de la Sega Master System , la increíble Super Nintendo, el cómodo GameBoy , etc? Son juegos modestos, unos más que otros, pero la mayoría ofrecen mucho entretenimiento y en ciertos casos hasta más que algunos de los actuales. No están ya en venta, pero se pueden descargar a través de páginas como Juegomanía, Peaso (especializada en Super Nintendo), Zemula y muchas otras más. Sería injusto que estos juegos cayeran en el olvido y gracias a los emuladores es posible. Hoy sólo me detendré en la Sega Master System y los juegos que más me han gustado. Básicamente los que considero mejores son los de su primera etapa, antes de la explosión de las de 16 bits. Sus últimos años, hasta 1995, sólo depararon algún título interesante pero en número minoritario. En 1996 desapareció del mercado.

Posiblemente el mayor clásico es Alex Kidd in Miracle World (1987). Encarnamos a un niño con aspecto de primate que tiene la habilidad de destruir bloques de piedra a puñetazos, aunque puede obtener un arma mayor que es un brazalete mágico para atacar a distancia. Existen cajas de dinero para comprar equipo en las tiendas, pero también cajas de sorpresa donde pueden salir brujas que si nos pillan nos quitarán una vida.. Cruza montañas, lagos, caminos pantanosos, castillos e incluso cuenta con motocicletas o mini helicópteros para facilitarle el camino. Su misión es librar a su tierra de la tiranía del malvado Janken. Lo más divertido es que con los enemigos principales se la juega a Piedra, Papel, Tijera y precisamente este cartucho me enseñó la existencia de ese milenario juego. 17 fases de desigual duración en las que no existe monotonía ninguna, con algunos misterios que deberemos resolver. En definitiva dificultad creciente y en buena medida para un juego que tuvo su saga, aunque éste no fue el primero sino el tercero. Y en comparación con el resto, bastante superior.


A ver si me explico bien con dos sagas que existen: Wonderboy son 5 juegos, uno de ellos sólo salió en Mega Drive. Pero Monster World son 4, sólo uno de ellos no está en la otra saga. Wonderboy in Monster Land (1988) es el 2º en la primera saga pero el 1º en la segunda. Es la historia de un chaval que se presenta voluntario para la difícil tarea de librar a su villa de los terribles dominios de un dragón. Ayudado por una vidente, que le irá encomendando la búsqueda de objetos, irá mejorando su equipo medieval (existen muchas tiendas) a lo largo de 12 fases de dificultad creciente y con sus enemigos finales en cada una. Existe una enorme variedad de monstruos y de escenarios e incluso existen habitaciones secretas donde conseguir una mejor espada, derrotando previamente al maloso de turno. El tiempo también juega, lo que da un mayor ritmo a la partida. Huye de la monotonía y repetitividad de otros títulos de esa época, construyendo una apasionante aventura. La música también es bastante bonita teniendo en cuenta las posibilidades de la consola. En definitiva es uno de los mejores títulos que han salido para la consola.


Wonderboy the Dragon’s Trap (1989) es el 3º de la saga Wonderboy y el 2º de Monster World. Al igual que el anterior, sólo salió en Master System. Trata de conectar con el final de In Monster Land de forma que somos transformados en dragoncito y debemos explorar el mundo para volver a nuestro estado normal. Es un desarrollo más libre, sin fases cerradas, en que vamos visitando desiertos, junglas, playas, océanos, castillos… y nos iremos enfrentando a más dragones que nos irán transformando también en ratón, hombre acuático (supuestamente piraña), león y halcón. Cada uno con sus habilidades: así el ratón se cuela por lugares pequeños y trepa en unos determinados ladrillos, la piraña nada, el león tiene un mayor campo de acción con su espada y el halcón vuela. También deberemos de renovar nuestro equipo en las tiendas o gracias a los cofres e ir buscando los corazones que nos irán aumentando nuestra energía. Sin embargo, se establece un sistema de continuación por password. Será necesario también encontrar ciertas espadas y resolver algún misterio para poder llegar al final. Se me queda la duda de si nombrar a éste o al anterior como mejor juego de Sega Master System. Por último una cosa curiosa. En la anterior cinta de Wonderboy éramos rubios. Ahora pelo verde. Y en el próximo azul.


Psycho Fox (1989) es otro juego en que tienen lugar transformaciones. Esta vez decidiendo nosotros gracias a unos ítems. El protagonista es un zorro, perro puede llegar a convertirse en fuerte hipopótamo (rompe los muros), ágil primate (salta más alto) o veloz tigre (aparte de correr más realiza saltos de longitud considerables). Iremos acompañados de una avecilla que nos ayudará a golpear a distancia y por el camino romperemos huevos para conseguir ítems. Son 7 fases de 3 partes cada una y con un mapeado realmente gigante, que nos permitirá ir por arriba, por abajo… sin seguir siempre las mismas rutas, lo que le hace ser más flexible. La misión nuevamente es expulsar a un tirano: Madfox. Lo malo que tiene este juego es que no hay mucha variedad de monstruos y de música, pero nos hace gracia la fase de bonus que consiste en un laberinto y diversas apuestas en cada camino sin saber lo que tocará. Pese a ser largo y con una desafiante dificultad, podremos encontrar entradas secretas a unos subterráneos para saltarnos una o más fases.

Y termino con Sonic 2 (1992), el mejor título de la mascota de Sega. Fue el cartucho más vendido de la historia de la consola. Nuestro archifamoso erizo supersónico, en la versión para la consola modesta, tiene que rescatar a su amigo Tails del Dr. Robotnik (en Mega Drive salen juntos) y para ello le es imprescindible encontrar las escondidas Esmeraldas del Caos que le permitirán acceder al último área. Existe una por fase en las primeras 6, de 3 partes cada una. Pero la última nos la da un Sonic de plata si tenemos las otras 5. Durante el camino deberá enfrentarse a legiones de robots y rescatar a sus amigos los animales. Podremos hasta ver a Sonic planeando en ala delta y utilizando nuevas habilidades como chapotear en el agua hecho bola, transportarse bajo el agua en burbujas o lanzarse gracias a discos giratorios. Hará falta también un mayor control de los muelles saltadores. Gran variedad musical y de escenarios, más originales que en el primer Sonic y del mismo modo los enemigos de final de fase. En definitiva, un plataformas recomendable.


Son muchos más los juegos entrañables de esta consola, pero ya hablaré de ellos en otro momento.

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