martes, 22 de agosto de 2017

Thimbleweed Park ó regreso al pasado

Una recomendación que puedo hacer para disfrutar lo que queda de verano con un videojuego entretenido puede ser Thimbleweed Park. En realidad ya salió para PC y XBOX en primavera de este año, mientras que para PlayStation fue el mes pasado y acaba de lanzarse en Nintendo Switch. Se trata de una aventura gráfica ideada por Ron Gilbert y Gary Winnick, que crearon la célebre Maniac Mansion y también han trabajado en varios juegos de éxito. La peculiaridad de este título es que está ambientada en 1987 y sus gráficos son de estilo "retro" pero elegante y realmente no pierde ningún tipo de atractivo en la actualidad. Se demuestra con este juego que lo verdaderamente importante es el entretenimiento que genere.

Thimbleweed Park contiene un montón de guiños tanto a juegos como series y películas. Para empezar, al igual que Maniac Mansion y Day of the Tentacle, manejamos a varios personajes. En esta ocasión será necesario que se vayan intercambiando objetos entre ellos. Son una pareja de detectives (estilo Fox Mulder y Dana Scully en una trama digna de Twin Peaks), un payaso "maligno" que pronuncia más tacos que en una película americana de acción (con su pitido "censor"), una adolescente experta en informática y, atención, el espíritu de un muerto. Todo empieza con la comisión de un asesinato y ahí se abre la investigación, en la que podremos caminar y desplazarnos a todas las partes del pueblo y algunos establecimientos comerciales. Es recomendable hacerlo y agotar los diálogos con todos los personajes posibles, y es que nos encontraremos con muchos con los que hablar e interactuar.

En algunas situaciones, como en todas las aventuras gráficas, los puzzles se pueden poner complicados. El juego se halla dividido en capítulos y el nombre suele ser una pista de cuál es el objetivo principal a conseguir, sin contar la existencia de una "To do list" (lista de cosas que hay que hacer) que cada personaje tiene. Sin embargo, en ocasiones alguno de esos objetivos no puede ser conseguido todavía. Una forma de obtener una pista y muy curiosa es encontrar un teléfono (cabina telefónica o en alguna habitación) y llamar a un número de pistas, cuyo panfleto aparece en algunas partes de la ciudad. Por cierto, en la guía telefónica del pueblo aparecen un montón de personas. No es casualidad, sino que la inmensa mayoría son precisamente los que contribuyeron a una campaña de financiación del juego entre 2014-2015 a través de Kickstarter.

Aparte de la dinámica de manejar a varios personajes, destaca su humor. No hay que olvidar que uno de sus responsables es el creador original de la saga de Monkey Island, habiendo participado en sus dos primeras entregas. Pero también contribuyen como aspectos atrayentes los "logros", y es que Steam ha habilitado un buen número de los mismos para animar a los "jugones" a conseguirlos. El más apetitoso y recomendable es completar el juego en el modo "difícil". Al igual que sucede con The Curse of Monkey Island, no es que sea más complicado sino que hay que hacer muchas más cosas. Por supuesto que en ocasiones, como ya he indicado, se hace lioso. Sin embargo, siempre podremos repasar las listas y, cómo no, recurrir a "probarlo todo con todo". El clásico recurso en las aventuras gráficas cuando no tienes ni idea de cómo avanzar.

Entre los aspectos negativos, ciertamente encuentro muy pocos. El único, que no existe doblaje al castellano en las voces. Sí en todos los textos y subtítulos. Quitando ese aspecto que tampoco tiene más importancia, sólo podemos adquirirlo por 20 euros a través de Steam y disfrutar de buenas horas de investigación y diversión, al tiempo que viajando 30 años atrás en el tiempo. Y sin olvidar del clásico menú de Mirar, Coger, Usar, Abrir, Cerrar, Tirar, Empujar, Hablar y Dar.