lunes, 17 de julio de 2017

125 años de la festividad de la Virgen del Carmen en San Pedro del Pinatar

Tiene delito que hasta ayer no conocía en primera persona la festividad más popular de mi pueblo San Pedro del Pinatar, ya sea porque no me gustaba madrugar con mis padres cuando era niño o bien porque tenía que trabajar siendo adulto. En este año ha tocado domingo y nos apuntamos con unos amigos a disfrutar del día de la festividad de la Virgen del Carmen, justo en su 125 aniversario. Es una fiesta que indudablemente tiene un componente religioso muy fuerte, pero que realmente es disfrutada por todos y especialmente por los que les encanta el mar. Además, parece ser que la Asamblea Regional aprobará pronto la catalogación de esta fiesta como de interés turístico nacional.

En San Pedro del Pinatar, los empleos más extendidos durante el siglo XX eran los de salinero, agrícola y pescador. Los ascendientes de mi padre pertenecen al segundo sector y los de mi madre al tercero. De hecho, el nombre de mi madre se puso en honor a la patrona de los pescadores. Que por cierto, hace algunas semanas se hizo un homenaje a todos aquellos pescadores en activo, jubilados y fallecidos entregándose diplomas y recopilándose fotografías. Desde 1892, se ha celebrado este día caracterizado por el siguiente programa:

Primero, queda toda la gente a las 8 de la mañana en la plaza de la Iglesia de San Pedro Apóstol. Allí sacan a la Virgen con su trono y la llevan en procesión acompañada de toda la multitud por la avenida que conecta el centro del pueblo con la pedanía de Lo Pagán. Es decir, donde está la playa. Esa avenida se llamaba hasta hace poco Generalísimo Franco, pero afortunadamente ha habido por fin acuerdo entre los grupos políticos para otorgarle el nombre más adecuado posible: Romería de la Virgen del Carmen.

Los fieles (y no fieles) entran en una amplia explanada en la que se encuentra la Lonja de los pescadores, en cuyo puerto se hallan montones de barcos esperando. No sólo de pescadores, sino de gente que tiene su propia embarcación. En este punto fue cuando me incorporé con mi mujer. Los barcos salen del puerto y navegan por el Mar Menor constituyendo una llamativa procesión marítima, ya que suben a la Virgen en uno de ellos. Aquí es cuando empieza la diversión para todo el mundo. Paseo, solecito, bebida a bordo y contemplar las vistas de la laguna, con la presencia de la Guardia Civil y Protección Civil para cualquier problema que se presente dado que perfectamente pueden juntarse 40 barcos (no exagero). Aproximadamente suele durar una hora y media el viaje y los fieles lanzan pequeños claveles al mar.

El gentío que había esperando subirse a un barco era impresionante. No sólo porque era domingo y mucha gente que trabajaba en otros pueblos o ciudades podía acercarse, sino también porque igualmente había gente de vacaciones y de fuera de la Región de Murcia. Ello, evidentemente, complicó el tema del aparcamiento teniendo que dejar los coches bastante lejos del "meollo".

Una vez que los barcos regresan, tiene lugar una misa enfrente de la Lonja. Aunque, lógicamente, los no interesados pueden y de hecho se acercan a los bares cercanos a marcarse unas tapas. Seguidamente, la comida más típica es sin duda el Caldero del Mar Menor. Es una modalidad de arroz que se prepara en toda la costa del sureste español, pero que tiene una especial popularidad en mi pueblo. En un día como éste es obligatorio hacer una reserva, pues la afluencia de gente (como es de imaginar) no cesa en todo el día y además con un tiempo estupendo.

El final de la fiesta tiene lugar por la noche, cuando devuelven la Virgen de la Iglesia de Lo Pagán (donde la dejan tras la misma) hasta de nuevo la de San Pedro Apóstol. Dado que hoy lunes 17 es festivo allí (se pasó la fiesta de domingo a lunes), anoche hubo bastante público que se sumó a acompañar esa procesión.

Después de la fiesta de ayer, apunto dos importantes recomendaciones. La primera, llegar con tiempo para no tener que dejar el coche demasiado lejos. Y la segunda (y no menos importante) llevar una gorra, para que no pase como a nosotros que nos quemamos la cabeza y en estos momentos escribo con un dolor bastante importante. Pero bueno, ya me habré recuperado cuando llegue un gran día que contaré aquí la semana que viene.

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