El aseo y cuidado de los gatos

El animal del que quiero hablar hoy no es de los que siento predilección, pero me ha parecido interesante recopilar información del mismo modo que los anteriores animales: el gato. No en vano es un animal doméstico muy apreciado por mucha gente, entre ella amigos míos, y que precisan de una serie de cuidados más precisos de lo que parece. Sobre todo los referidos al aseo en todos los sentidos. Los gatos pueden llegar a vivir hasta 20 años y se pasan durmiendo dos tercios de su vida. De hecho utilizan el doble tiempo en dormir que otros mamíferos. Pero eso sí, si notamos que duerme más de lo normal es preciso llevarlo al veterinario. Otra curiosidad son los bigotes, que nunca deben ser recortados, ya que son una especie de detectores que le agudizan el olfato, les protegen los ojos, les avisan de la presencia de ramas o paredes y en definitiva son un elemento de seguridad de los movimientos y orientación del gato. Veamos a continuación los consejos más recomendados para un completo cuidado de los gatos.

Alimentación.- Existe la creencia generalizada de que los gatos adoran el pescado frente a la carne, pero realmente estos felinos son carnívoros y el pescado es un complemento que debe de servirse siempre codido. La leche también es importante para el aporte de proteínas. En cuanto a grasas, puede alimentarse tanto de saturadas (origen animal) como vegetal. También podemos darles pasta, arroz y verdura. Incluso embutidos cocidos como pavo o jamón York pueden ser ingeridos a modo de golosina, pero nunca los curados como el chorizo o el salchichón. Tampoco es admisible darles azúcar o chocolates porque pueden ser tóxicos. Lo más importante es que tenemos que proveerles de las adecuadas calorías, evitando la sobrealimentación. Los gatos gordos pueden sufrir muchas dolencias.

Cepillado del gato.- Se empieza por el cuello y el lomo hasta la cola. Son más complicados de cepillar, lógicamente, los de pelo largo como es el caso del gato persa. Realizan varias mudas al año y hay que cepillarlos todos los días y con mucha paciencia por todo el cuerpo. Se puede utilizar un peine de púas y elimine restos suelos y luego otro más fino. Para la cara puede ser útil un cepillo de dientes suave. Para el gato también puede ser una situación incómoda, pero podemos darles golosinas o mimarlo con el objeto de que se acostumbre. Los de pelo corto necesitarán un cepillo de cerdas suaves una vez a la semana. Al terminar, con una gamuza podemos eliminar los restos. En definitiva la frecuencia del cepillado depende de la longitud del pelo, la frecuencia de caída y que le guste o no a nuestro gato y siempre antes de bañarlo.

Baño.- Es fundamental bañarlos de pequeños con frecuencia, para que se acostumbren lo antes posible. El animal debe sentirse relajado y tranquilo, al igual que en la anterior operación. El lugar del baño tiene que estar adecuadamente calefaccionado para evitar que resfríe al salir. Conviene diluir el champú (exclusivo para gatos) en una jarra con agua antes de aplicarlo al gato. El lavado tiene que ser frotando suavemente con una toalla caliente y con mimos, al tiempo que vigilar que no se ponga nervioso. Si es el caso y con frecuencia, se puede utilizar champú en polvo. Hay que enjuagar dos veces y tras secarlo con una toalla limpia hay que esperar a que se termine de secar sólo o bien volver a cepillar. Bajo ningún concepto emplear un secador porque el gato no toleraría ni el ruido ni el viento.

Aseo local.- Los ojos deben de estar libres de legañas y evitaremos que sufran de cataratas. Podemos lavarlos con gasas (nunca algodón) y suero fisiológico ocular. Sin carecemos de suero podemos hacerlo con agua con una pizca de sal, pero no podremos hacerlo si tiene los ojos rojos. Los dientes se pueden limpiar con cepillo y pasta especial una ó dos veces por semana, para impedir que le salga sarro o existan infecciones. Los gatos con problemas en los dientes pueden ingerir piensos especiales. Las orejas pueden ser limpiadas con un pañuelo, eliminando el cerumen. Hay que evitar que se produzcan infecciones por ácaros. Las uñas deben de recortarse a menudo con cortauñas y es preciso que el veterinario lo haga por nosotros o nos enseñe, ya que es una operación delicada.

Enfermedades y problemas:

Cuando se autocicalan (los gatos tienen fama de muy limpios), es una señal de que se encuentran bien. Por lo tanto, cuando observamos que llevan un tiempo sin hacerlo podemos advertir que algo no va bien.

Sobrealimentación.- El peso de un gato oscila entre los 3-6 kilos, aunque puede variar según su talla y raza. Pero cualquier sobrepeso de más de un 20% es excesivo. Los gatos gordos pueden sufrir dolencias hepáticas, diabetes, problemas urinarios, gastroenteritis, diarrea y trastornos de la reproducción. Es necesario acudir al veterinario para que le establezca una dieta adecuada.

Enfermedades parasitarias.- Las pulgas son un parásito muy común en los gatos, chupándoles la sangre y generando enfermedades cutáneas. Lo peor es que se reproducen muy rápido. La otitis y la estomatitis son una inflamación de la mucosa bucal y los oídos. Son causadas por bacterias u hongos y los síntomas son movimiento continuo de las orejas, se intentan rascar y ladean la cabeza. Será necesaria la desparasitación y acudir al veterinario, pero podemos evitar estas situaciones empezándole a suministrar una dosis de antiparasitarios a los 15 días de nacer y tras otra vez cada dos semanas, desparasitar cada 3 meses de vida una vez que cumpla el trimestre. Pero en todo caso la marca y dosis debe ser recetada por el veterinario.

Síndrome urológico felino.- Es una cistitis que se manifiesta en la frecuencia de orina con dolor agudo o sangre y mucha sed. En los casos más graves existe obstrucción de la uretra y formación de cálculos renales. Puede combatirse mediante alimentos que favorezcan una orina ácida, administración de antibióticos y en casos más extremos mediante intervención quirúrgica. Podemos evitarlo con una dieta equilibrada.

Enfermedades respiratorias.- El gato puede constiparse y los síntomas son ojos llorosos, estornudos o tos, congestión nasal y mucosidad. Pueden recuperarse empleando antibióticos o jarabes especiales, dependiendo del grado de resfriado.